Feroz arboricidio en una calle de Macachín
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EL DIARIO digital
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El exgobernador Carlos Verna impuso en la agenda del peronismo pampeano la sucesión de Sergio Ziliotto como gobernador. Como si no hubiera remezones suficientes en el escenario político actual, el exsenador fue muy fiel a su estilo y tiró varias "bombas" en el momento en que fue a votar el último domingo.
El oficialismo provincial tiene en esta hora asuntos más urgentes e incluso más profundos que atender, porque tras la victoria presidencial de Javier Milei se produjo un quiebre en lo que hasta ahora era la normalidad democrática en el país y en el pago chico.
Pero Verna también se las rebuscó para imponer otro tema de discusión en la agenda, que promete ir poniéndose picante a medida que pase el tiempo.
Salvavidas de plomo
En el monólogo en el que Verna posicionó a la intendenta de General Pico Fernanda Alonso como una posible interesada en llegar a la Provincia, también le arrojó una suerte de salvavidas de plomo.
Nadie desconoce que resultan por demás lógicas esas ambiciones en quien ha sido reelecta como jefa comunal de la segunda ciudad de la provincia, pero sí extraña que el blanqueo de su lanzamiento se produzca de manera tan repentina y además saliendo de esa boca.
A ningún dirigente que persiga un cargo electoral de semejante peso le gusta quedar en el centro de la escena tanto tiempo antes, cuando ni siquiera comenzó la segunda gestión. Eso no implica que no haya una proyección más o menos en ese sentido, del mismo modo en que puede tenerla el reelecto intendente de Santa Rosa Luciano di Nápoli.
La imposibilidad constitucional de otra reelección de Ziliotto habilita esos cálculos y especulaciones, pero lo extraño (o no tanto) es que Verna, además sin que nadie se lo pregunte, planteara el tema en el contexto actual, donde el peronismo pampeano tiene unos cuantos frentes que atender, viene de un triunfo provincial ajustado y con derrotas en varios municipios.
De su propia medicina
Alguna vez Verna se enojó mucho con Fernanda Alonso cuando ella le hizo de "vocera": le pegó un inolvidable reto público. Ahora, de alguna manera, el exgobernador le dio de su propia medicina, y no se sabe hacia dónde disparará ese "bautismo" de la candidatura, que así como alguien puede interpretar como espaldarazo, también permite ser leído como un obstáculo para la carrera.
Verna, además, confundió apellido de la intendenta. La llamó "Fernanda Sánchez" y después se corrigió. Y fue más allá: la señaló como responsable de la campaña en Pico, donde el oficialismo de Sergio Massa salió notoriamente perdidoso en las distintas instancias que tuvo este año la votación nacional. Agregó a esa responsabilidad a la vicegobernadora Alicia Mayoral.
Alonso y Mayoral han tenido un clásico y prolongado enfrentamiento, que a la luz de las apariencias solucionaron en los últimos tiempos, en que se muestran en permanente tándem. Queda por verse si surgen a partir de algunas circunstancias viejos recelos y resentimientos que las hicieron entrar en disputa.
Otros que se prueban el traje
Alonso y di Nápoli tampoco son los únicos que, con mayor o menor apuro, con mayor o menor entusiasmo, se prueban el traje de la Gobernación. A lo mejor más cautelosos y paso a paso, el mismo sueño acunan el diputado nacional Hernán Pérez Araujo y el senador nacional Pablo Daniel Bensusán.
"Perico" fue electo diputado provincial y eso le permitirá hacer más pie en el territorio y cobrar visibilidad en el pago. Es, acaso, el preferido de Carlos Verna, quien además de ser su amigo lo promocionó reiteradamente, primero como la cara más legal de la lucha por el Río Atuel y después dotándolo de mayor volumen político y conocimiento popular como candidato.
"Paly" opera en la Cámara Alta pero no pierde de vista su presencia en la provincia, y es quizá el predilecto del gobernador Ziliotto: además de su rol institucional es pieza importante del armado político, en contacto con diferentes líneas internas, liderando espacios "plurales" y manejando información sensible.
