Tres sueños en un uno

Arnaldo Lobo, comerciante, y José Rosaschi, trabajador administrativo y docente, se casaron en el año 2012. Vivieron siempre en Santa Rosa, y desde entonces residen en Toay.

Adoptaron a Jeny, una nena con Síndrome de Down y trastornos en el lenguaje o en la comunicación. Ellos mismos dejaron asentado su interés cuando se inscribieron como pareja dispuesta a adoptar: querían convivir con un nene o nena que tuviera Síndrome de Down o HIV.

Lo cuentan en diálogo con El Diario muy naturalmente, aunque el cronista y la fonoaudióloga que completan la charla no pueden evitar que se les erice la piel: "no queríamos un bebé, como quiere todo el mundo, sino que queríamos dar ese paso de estar para alguien que nos necesitara. Quisimos darle la oportunidad de una familia a otra persona que a lo mejor la mayoría no la tuviera en cuenta".

Los trámites demoraron en La Pampa y Arnaldo y José iniciaron otros pasos legales en Chaco. Cuando ya estaba casi todo listo para conseguir una adopción en la provincia del norte, apareció la posibilidad de que Jeny formara parte de la familia.

-¿Pero ustedes aceptarían a una nena con Síndrome de Down? –les preguntaron con insistencia en medio de esos trámites administrativos.

Dieron un sí gigante y se abrazaron. Tres sueños confluían en uno.