Continúan los despidos sin causa en la cooperativa de Pico

General Pico (Agencia) – Otro trabajador de Corpico fue recientemente despedido tras 11 años de labor en la cooperativa piquense y sin ninguna observación en su legajo. Desde el Consejo de Administración adujeron que “no cumplió con los objetivos de productividad, eficiencia y calidad”, temas que jamás fueron planteados gremialmente, pero, además, lo obligaron a que se vaya “mansamente”, sin hacer reclamos judiciales para que pueda “conseguir trabajo” en otro lugar.

“Realmente esto es una cosa de otro siglo”, sentenció el secretario general de Foesitra, Cesar Montes de Oca, quien salió a denunciar la situación y a pedir “volver a la institucionalidad”, luego de advertir que en los últimos años desde la conducción de la cooperativa se toman decisiones sin la mínima formalidad que corresponde ante las organizaciones gremiales.

En diálogo con El Diario, Montes de Oca comentó que “fue una acción intempestiva, sorprendente, del despido de un trabajador que no tiene ningún tipo de antecedentes laborales y con una antigüedad de 11 años, por lo que tiene aquilatada una praxis determinada y Corpico nunca acudió al régimen de disciplina, ni a la Convención Colectiva de Trabajo donde tiene todo un andamiaje para utilizar. Y en el caso que haya existido una mala praxis, que la puede haber, existen los mecanismos que las empresas tienen para producir los despidos que consideran pertinentes”.

El dirigente gremial se excusó de identificar al trabajador que realizaba tareas de reparación de telefonía en la calle, a pedido del propio involucrado, por el miedo –inducido- al “escarnio público” y que no pueda así conseguir otro empleo.

Mientras que al gremio le argumentaron desde Corpico que “este chico no había cumplido las exceptivas en producción y eficiencia, cuando nunca pusieron arriba de la mesa cuáles eran los objetivos de producción, calidad y eficiencia que la cooperativa requiere, por lo menos a la organización gremial. Siempre hemos querido hablar de estas cosas y Corpico nunca habló de estas cuestiones, y cuando tiene que establecer una causal de despido, habla de estas cosas que nunca quiso hablar. Ahí tenemos un problema”.

Tercerización

Los despidos en esta y otras áreas de la cooperativa, al parecer vienen en paralelo con la tercerización de servicios y la labor de muchos trabajadores que no son blanqueados y por años trabajan con contratos.

El referente de Foesitra admitió que “en el área de telefonía ya hubo otras situaciones”, pero observó al mismo tiempo que “tienen que ver con todo el tercerismo que está polulando alrededor de la planta permanente de Corpico, que es el doble de la gente de la planta permanente de la cooperativa. Hay gente que trabaja en la parte exterior en telecomunicaciones, que son alrededor de 12 o 14 trabajadores, pero también sabemos que existe la misma cantidad de terceros que trabajan por afuera de la planta permanente”.

Y sumó “en la parte de comercialización telecomunicaciones hay cinco empleados y ninguno hace aportes y contribuciones a la organización gremial de telecomunicaciones, y entre ellos hay dos monotributistas. En el mantenimiento de la central telefónica no existen técnicos, y eso que pasaron más de 15 años desde el inicio del servicio, y Corpico ha tercerizado la operación y el mantenimiento de la central telefónica con una empresa que se llama Planex”.

Para remarcar luego que “nosotros durante todos estos años venimos requiriendo que, ante la importantísima inversión que hizo Corpico para la comunidad de Pico, que naturalmente tiene que poner gente a mantener esa tecnología. Bueno, nada de esto ocurre, el tercerismo es cada vez mayor y la planta permanente de Corpico de alguna manera se va disminuyendo”.

Sin problemas

Supuestamente para evitar pagar lo que corresponde por un despido sin causa, y esquivar también que la situación tome estado público, consejeros de Corpico llegaron hablar también con los padres del joven despedido.

Según indicó Montes de Oca, “le dijeron que le iban a pagar todas las cuestiones de ley, que era un ciclo terminado y consideraban justo que se retirara sin generar demasiados problemas”.

Y consideró luego “realmente esto es una cosa de otro siglo, no me parece que haya sido la mejor manera de desvincular a un trabajador por las cosas que ellos dicen que este trabajador adolecía, que no consta en ningún lugar, tiene 11 años de experiencia, es todo un despropósito”.

Consultado si estas situaciones ocurren en otras cooperativas pampeanas, el gremialista aclaró que “se pueden dar en otros lugares, pero las cooperativas nos llaman y tratamos de hablar, tratamos de ponernos de acuerdo”.

“Lo que pedimos es el diálogo institucional para abordar estos temas como corresponde. Estas cosas se tienen que hablar, no puede ser que el gremio no se entere y esto ocurra porque un supervisor sea el dueño de la verdad y un par de consejeros consientan estas acciones y produzcan un despido entre gallos y medianoche, donde todos tenemos que irnos callados la boca”, concluyó.

Un sistema

Las diversas fuentes consultadas en la cooperativa local coinciden en que la metodología utilizada para despedir a éste y otros varios trabajadores, es parte de “un sistema” instaurado desde que las riendas del Consejo de Administración quedaron en manos de los consejeros Marcelo Padrones y Miguel Prieto.

Esta metodología de despidos, que viene acompañada de un mensaje claro a los trabajadores que quedan, tiene un inicio para su funcionamiento y fue a partir del momento en que Padrones asumió como presidente del Consejo de Administración.

Según recordaron varios operarios y personal jerárquico de la cooperativa a este medio, una de las primeras medidas que se tomaron en ese momento fue desprenderse de la consultora que prestaba el servicio de Recursos Humanos. Una organización que, al Movimiento Nueva Cooperativa, que condujo por años la cooperativa, le había permitido transparentar el ingreso y salida de trabajadores de la entidad. A partir, aseguran desde adentro de Corpico, volvió “el dedo” (que señala amigos o enemigos) de algunos consejeros.

En el camino recorrido, varias injusticias. El trabajador telefónico es un botón de muestra, pero existieron otros que puertas adentro de la entidad generar más estupor.

Meses atrás desde el Consejo de Administración habrían presionado a otro trabajador, con más de 10 años de labor en el área contable y sin una mancha en su legajo, para cambiarlo de a otra área que nada tenía que ver con su experiencia. La presión continuó hasta que el trabajador terminó por aceptar retirarse “mansamente”, cuando en realidad había una historia mucho más importante que ese despido complicaría. Sus compañeros de trabajo, y quienes lo despidieron, conocían que ese trabajador estaba en trámite para adoptar a tres hermanitos, gestión para la cual la estabilidad laboral es indispensable.