Vecinos reclaman por pérdida cloacal en la calle Duval
Detalles del encuentro en la 105: mate, risas, el juego de las fotos, la nueva ola del "en vivo" y un ojo puesto en Buenos Aires.
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EL DIARIO digital
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El encuentro ultravernista del martes se preparó muy en la tónica vernista: en secreto, sin bombos ni platillos, como en puntas de pie. Sí fue un detalle nuevo que ni bien se encontraron en la vieja oficina que el exgobernador tiene en la calle 105 de General Pico ya había foto en las redes.
Si la videopolítica hace rato que está instalada y el vernismo le encontró el gustito a la publicación en redes, ahora es el “vivo y directo” lo que se está imponiendo.
Verna abrió las puertas de su “segunda casa”, que tiene en la pared colgada una camiseta de su amado Independiente de Avellaneda, y en la mesa principal el afiche con el que hizo campaña en tiempos opositores al kirchnerismo, cuando la bandera era defender el interés de La Pampa.
La charla empezó pasaditas las 17 horas y concluyó cuando se hacían las 19.45 horas, siempre con mate de por medio.
La ocasión la definió Verna, que formalizó el llamado para que fueran a verlo. Ocurrió tan luego mientras el gobernador le daba con sus pares un espaldarazo al presidente Alberto Fernández, en el marco del pacto con el FMI. Verna había hecho una jugada parecida cuando en los primeros pasos de la actual gestión Ziliotto se entrevistaba de modo remoto con el presidente y él twitteó aquello de que "nos cagó un compañero" por Portezuelo del Viento.
El juego de las fotos ya había tenido otro capítulo la semana anterior, cuando otros históricos ultravernistas del riñón hicieron su propia instantánea: el diputado nacional Hernán Pérez Araujo visitó a la intendenta píquense Fernada Alonso y al vice Daniel López, y en la foto se coló el exsenador Daniel Lovera, uno de los más heridos con Ziliotto porque se quedó sin banca en el Senado.
