Sebastián Soncini, Marcelo Chirino, Ignacio Ustarroz y Delfina Alvarado, referentes de un local comercial céntrico, protagonizaron al menos dos episodios de violación de las restricciones nocturnas en el marco de la pandemia.
Escuchá esta nota
EL DIARIO digital
minutos
Los “jóvenes radicales” que saltaron a la luz pública porque a fines de mayo fueron acusados de estar en una supuesta “fiesta clandestina” ya tenían en su haber una acusación idéntica previa, y en algunos casos otros episodios de violación del artículo 205 del Código Penal.
Marcelo Chirino, Ignacio Ustarroz, Sebastián Soncini y Delfina Alvarado aparecen ahora con una doble imputación, ya que en episodios muy similares fueron infraccionados por la Policía en plena violación de las restricciones dispuestas para afrontar la pandemia.
Esas cuatro personas tienen un vínculo comercial, de acuerdo a lo que se asentó en la investigación, ya que son parte de un local gastronómico que regentean en conjunto. Ustarroz y Soncini son quienes más visibilidad han tenido por su militancia en el radicalismo, ocupando cargos públicos y/o partidarios.
El local gastronómico se llama "Jackson" (hamburguesas y ahumados). En las redes, el comercio se difunde como responsabilidad de Ustarroz, Soncini, Alvarado y Marcelo Bessone (en realidad se llama Marcelo Chirino), que es otro dirigente de alto perfil dentro del radicalismo, cara visible de la agrupación estudiantil Franja Morada.
Las dos causas están avanzadas y las personas imputadas prestaron su declaración, según pudo saber El Diario.
El primer hecho fue el 2 de mayo alrededor de las 2 de la mañana. Un llamado de un vecino alertó a la Policía sobre la situación en un domicilio de la calle Pico al 664, en pleno centro de Santa Rosa. Ese día, Chirino, Ustarroz, Soncini y Alvarado estaba en el lugar con otras 4 personas, según la documentación del caso que investiga el fiscal Máximo Paulucci.
El defensor es el abogado Federico Lamelo, otro joven que tendría militancia en el radicalismo.
El otro episodio fue en la madrugada del viernes 28 de mayo. Otra vez hubo un llamado de un vecino.
Las personas protagonistas de la violación de las restricciones fueron las mismas y tras la intervención policial y judicial Ustarroz dijo que eran víctimas de una persecución. El operativo policial fue aparatoso y a raíz de la situación se hizo una denuncia de abusos, que recayó en el área a cargo de Natalia Urruti.
Fuentes judiciales dijeron que además entre esas personas hay quienes ya habían tenido alguna investigación previa por la violación del 205.