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Rusia consolida sus posiciones tras tres años de invasión: controla el 20% del territorio ucraniano

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A más de tres años del inicio del conflicto, Moscú mantiene el dominio sobre amplias zonas del este y sur de Ucrania, incluidas partes de Luhansk, Donetsk, Zaporizhzhia y Kherson. La propuesta de Donald Trump de congelar la guerra en las líneas actuales reactivó el debate diplomático.

Tres años después del comienzo de la invasión a gran escala, Rusia controla cerca del 20% del territorio ucraniano, concentrando su dominio en el este y sur del país. Las tropas de Moscú ocupan gran parte de Luhansk y Donetsk —el corazón del Donbás— además de sectores significativos de Zaporizhzhia y Kherson, y mantienen el control total de Crimea desde 2014.

La línea del frente, estancada pero activa, se ha transformado en el eje de las negociaciones internacionales para frenar el conflicto. El presidente estadounidense Donald Trump propuso congelar la guerra en las posiciones actuales como base para un acuerdo de paz. El mandatario ucraniano Volodimir Zelensky calificó la iniciativa como "un buen compromiso", aunque admitió sus dudas sobre una eventual aceptación de Vladimir Putin.

Rusia, en cambio, descartó un alto el fuego inmediato. El canciller Sergei Lavrov sostuvo que Moscú "no necesita un cese al fuego que no lleve a ninguna parte", sino "una paz estable a largo plazo".

Avances rusos y resistencia ucraniana

Según el Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW), las fuerzas rusas avanzan lentamente en el este, con fuertes combates cerca de Pokrovsk, un nodo logístico clave en Donetsk. El organismo informó que unidades rusas lograron infiltrarse en el límite urbano sur de la ciudad desde mediados de octubre.

En el norte, las tropas rusas intentan consolidar una zona de amortiguamiento en la frontera de Kharkiv, acercándose al rango de artillería de la segunda ciudad más grande de Ucrania. Moscú argumenta que esta franja busca proteger su territorio tras las incursiones ucranianas en Kursk durante el verano pasado.

También continúan los combates en la zona de Kupyansk, en el este de Kharkiv, donde Rusia intenta cerrar el cerco sobre Luhansk y Donetsk. Al sur, en Zaporizhzhia, el ejército ruso ejecutó un ataque mecanizado cerca de Mala Tokmachka, aprovechando las malas condiciones climáticas que reducen la eficacia de los drones ucranianos.

El costo humano del conflicto

Los enfrentamientos recientes en Pokrovsk revelaron nuevos crímenes de guerra. Imágenes geolocalizadas mostraron civiles asesinados cerca de la vía férrea por un grupo ruso de sabotaje, según confirmó el Ministerio de Relaciones Exteriores de Ucrania.

Desde el inicio de la invasión, los analistas estiman entre 165.000 y 235.000 bajas rusas. Kiev reconoció oficialmente la muerte de 43.000 soldados ucranianos, aunque expertos occidentales advierten que la cifra real sería mayor.

Mientras los frentes se endurecen, las conversaciones sobre un alto el fuego parecen más lejanas que nunca. Rusia busca consolidar lo ganado; Ucrania, recuperar lo perdido. La guerra entra así en una nueva fase: diplomáticamente activa, pero militarmente empantanada.

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