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EL DIARIO digital
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Con más de 2.200 metros cuadrados cubiertos y 30 metros de altura, la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días abrió su quinto templo en el país. El edificio, emplazado en un predio de casi cuatro manzanas, se consagrará el 23 de noviembre.
Inmaculado y rodeado de amplios jardines, el nuevo templo de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días en Bahía Blanca abrió sus puertas al público, convirtiéndose en el quinto del país y el primero fuera de una ciudad capital. Con más de 2.200 metros cuadrados cubiertos y un pináculo que alcanza los 30 metros de altura, la obra se levanta en un predio de casi cuatro manzanas y está lista para recibir a una comunidad de más de 8.000 fieles locales y más de 80.000 en el sur bonaerense y la Patagonia.

El proyecto fue anunciado en abril de 2020 por Russell Nelson, líder mundial de la congregación fallecido recientemente, durante la 190ª Conferencia General de la iglesia. Las obras comenzaron en 2022 y, pese a los temporales y las inundaciones que afectaron la ciudad, el edificio se completó poco más de tres años después.

"Es el primer templo que no está en una ciudad capital", destacó Alfredo Salas, responsable de Relaciones Institucionales de la iglesia, que cuenta con más de 500.000 miembros en Argentina. Hasta ahora, las sedes superiores funcionaban en Buenos Aires, Córdoba, Salta y Mendoza.
Las visitas guiadas comenzaron esta semana, con recorridos para la prensa y grupos invitados. Desde este jueves y hasta el 1° de noviembre, las instalaciones estarán abiertas al público. "Todos podrán recorrer el templo para que no se generen mitos, que vean que no hay misterios", explicó Salas. La consagración formal está prevista para el 23 de noviembre, a cargo del elder Ulisses Soares, integrante del Cuórum de los Doce Apóstoles.

El templo, diseñado por la arquitecta Tanya Davis, combina granito gris, piedra tallada y vitrales artísticos. Su fachada incorpora un friso con ondas que evocan el frente costero de Bahía Blanca. También cuenta con un edificio auxiliar que permitirá alojar a 80 personas simultáneamente, destinado a líderes religiosos y fieles que lleguen desde otras provincias.
Bahía Blanca tiene 13 congregaciones locales, cada una con su capilla, pero los templos cumplen un rol más profundo dentro de esta religión. "Ni siquiera los miembros de la iglesia podemos ingresar si no estamos preparados, si no somos dignos", explicó Salas. En estos espacios se realizan ceremonias sagradas como el matrimonio por la eternidad y el sellamiento familiar, además del bautismo por los antepasados fallecidos, para el cual se construyó una pila bautismal rodeada por figuras de bueyes.
La inversión económica no fue informada, aunque se aclaró que la obra se financió íntegramente mediante donaciones voluntarias. "Hay una generosidad de todo el mundo para que los lugares con menos recursos no sientan diferencias", señaló el vocero.
La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días fundada en 1830 en Estados Unidos tiene hoy más de 17,5 millones de miembros en el mundo, con fuerte crecimiento en los países de habla hispana. En Argentina, sus primeros misioneros llegaron en 1925 y la comunidad bahiense cuenta con registros desde 1938.
El nuevo templo, adornado con molduras, mobiliario de estilo y obras originales de Oscar Campos y David Meikle, representa un hito para la comunidad mormona del sur argentino y un símbolo de fe, perseverancia y expansión espiritual.