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EL DIARIO digital
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El tifón Bualoi golpeó con fuerza la costa oriental de Filipinas y dejó un saldo inicial de cuatro personas muertas y más de 100.000 evacuados. Con vientos de hasta 165 kilómetros por hora, el fenómeno conocido localmente como Opong provocó destrucción en varias provincias antes de degradarse a tormenta tropical severa.
Masbate, la más golpeada
Tres de las víctimas fatales se registraron en la provincia de Masbate, donde los árboles y las viviendas cedieron ante la violencia del viento. Una cuarta persona murió en Camarines Norte, alcanzada por un rayo. En Masbate, decenas de familias evacuadas se refugiaron en una iglesia cuyo techo terminó arrancado durante la madrugada. "Este es uno de los vientos más fuertes que he experimentado", relató el ingeniero municipal Jerome Martínez.
Los rescatistas trabajan entre árboles caídos y postes eléctricos derribados. "La lluvia era fuerte, pero el viento era más fuerte", describió Frandell Anthony Abellera, integrante de los equipos de emergencia.
Imágenes del desastre
En las islas Visayas, al centro del país, videos de vecinos mostraron calles convertidas en ríos, con personas cruzando descalzas el agua a la cintura o desplazándose en botes. Las autoridades advirtieron que podrían evacuar a más residentes en las próximas horas por el alto riesgo de inundaciones costeras de hasta tres metros.
La Guardia Costera Filipina difundió imágenes de viviendas destruidas y de una anciana rescatada de su casa dañada por el agua. Incluso la parroquia de la Iglesia de la Inmaculada Concepción, en Batuan, Masbate, quedó con parte del techo derrumbado sobre los bancos.
Un país acostumbrado a los tifones
Filipinas atraviesa cada año cerca de veinte tormentas tropicales durante la temporada de lluvias, que se extiende de junio a noviembre. El impacto de Bualoi llegó apenas días después del paso del súper tifón Ragasa por el norte del archipiélago, que dejó al menos nueve muertos y miles de desplazados.