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EL DIARIO digital
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El dolor de rodillas es una de las quejas más comunes entre los corredores, tanto principiantes como experimentados. Cada zancada implica un impacto fuerte en las articulaciones, lo que, sin los cuidados adecuados, puede derivar en lesiones. Para minimizar los riesgos, los especialistas sugieren tres hábitos fundamentales:
Mejorar la técnica de carrera: La postura influye directamente en la presión que reciben las rodillas. Mantener una postura erguida, mirar al frente y pisar con el mediopié ayuda a distribuir mejor el impacto. Además, evitar pasos demasiado largos y mantener una cadencia estable reduce la sobrecarga en las articulaciones.
Elegir el calzado adecuado: No todas las zapatillas son aptas para correr. Es fundamental optar por un modelo con buena amortiguación, adaptado al tipo de pisada (pronadora, supinadora o neutra). También es importante reemplazar las zapatillas cada 600 a 800 kilómetros, ya que la suela pierde capacidad de absorción con el uso.
Fortalecer y estirar los músculos: Complementar el running con ejercicios de fuerza es esencial para proteger las rodillas. Trabajar los cuádriceps, glúteos y core ayuda a estabilizar las articulaciones y distribuir mejor la carga. Los estiramientos regulares también son claves para mantener la flexibilidad y prevenir contracturas.
Adoptar estos cuidados no solo protege las rodillas, sino que también mejora el rendimiento y permite disfrutar del entrenamiento con menos riesgos de lesión.