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¿Te despertás a mitad de la noche? No es casualidad: estas podrían ser las causas

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Despertarse durante la noche puede parecer un problema menor, pero cuando las interrupciones del sueño se vuelven frecuentes o impiden volver a descansar, podrían estar señalando una alteración que afecta tanto la salud física como la mental.

Según la Clínica Mayo, despertarse una o dos veces por noche, especialmente al final de cada ciclo de sueño, es normal. Sin embargo, si el sueño se interrumpe repetidamente y se acompaña de fatiga o irritabilidad durante el día, se considera una forma de insomnio, muchas veces relacionada con el estrés.

Causas más comunes de los despertares nocturnos

Entre los factores más frecuentes que provocan estas interrupciones figuran:

Estrés crónico: altera los niveles hormonales y puede fragmentar el sueño.

Molestias físicas: dolor muscular, articular o enfermedades como el reflujo gastroesofágico.

Trastornos del sueño: apnea del sueño o necesidad frecuente de orinar.

Uso de pantallas antes de dormir: la luz azul que emiten celulares y televisores interfiere con la producción de melatonina.

Consumo de cafeína o alcohol por la tarde o noche: afectan la profundidad y continuidad del sueño.

Ansiedad o pensamientos negativos: pueden dificultar la relajación nocturna.

"La calidad del sueño empeora con la edad, ya que se vuelve más superficial y aumentan los despertares", explicó la psiquiatra Myriam Monczor. A su vez, la neuróloga Stella Maris Valiensi señaló que "el estrés interfiere en los ritmos hormonales que regulan el sueño".

Consecuencias de dormir mal

El descanso insuficiente o fragmentado puede tener consecuencias importantes en la salud. Afecta la concentración, el estado de ánimo, la memoria y la estabilidad emocional. Un estudio publicado en la revista Health Data Science vinculó la mala calidad del sueño con más de 170 enfermedades, entre ellas trastornos cardiovasculares, metabólicos y neurológicos.

Cuando las interrupciones son frecuentes y se combinan con síntomas como fatiga crónica, irritabilidad o ansiedad, se recomienda consultar a un especialista en medicina del sueño.

Recomendaciones para mejorar el descanso

Los expertos sugieren una serie de medidas que pueden ayudar a mejorar la calidad del sueño nocturno:

Mantener horarios regulares para acostarse y levantarse.

Evitar pantallas, cafeína y alcohol al menos dos horas antes de dormir.

Crear una rutina relajante: lectura, meditación o un baño caliente.

Dormir en un ambiente oscuro, silencioso y a temperatura agradable.

Realizar actividad física diaria, preferentemente durante la mañana.

No automedicarse con pastillas para dormir sin indicación profesional.

Dormir bien no es un lujo: es una necesidad fisiológica clave para la salud integral. Si el descanso se ve alterado con frecuencia, es fundamental atender el problema a tiempo y buscar ayuda profesional cuando sea necesario.

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