¿Te despertás a mitad de la noche? No es casualidad: estas podrían ser las causas
Escuchá esta nota
EL DIARIO digital
minutos
Jair Bolsonaro ya no es el "mito" que andaba suelto por Brasil. La Corte Suprema le bajó el martillo y ordenó su detención domiciliaria por violar —una y otra vez— las restricciones impuestas en la causa por el intento de golpe tras perder contra Lula.
El encargado de firmar la orden fue el ministro Alexandre de Moraes, que no se anduvo con rodeos: "La justicia no permitirá que un acusado la considere una tonta, creyendo que permanecerá impune por tener poder político y económico".
¿Qué hizo Bolsonaro? Lo de siempre: burlarse del sistema. Aunque tenía prohibido subir contenido a redes sociales, aparecieron posteos suyos en cuentas de sus hijos durante manifestaciones en su apoyo. También producía videos para que otros los subieran por él. Todo mientras llevaba una tobillera electrónica que, claramente, no le apretaba lo suficiente.
La Corte le prohibió recibir visitas, salvo de familiares, y le confiscó el celular. Sin WhatsApp, sin Telegram, sin TikTok, sin "fake news". Un castigo que, para Bolsonaro, puede doler más que la prisión misma.
La causa es seria: lo acusan de liderar un plan golpista para desconocer los resultados de las elecciones de 2022. Si lo condenan, podría pasar hasta 40 años tras las rejas.
Ni las presiones de Trump —que ve en esto una "caza de brujas"— ni las sanciones que Estados Unidos le aplicó al juez De Moraes alcanzaron para frenar el golpe judicial.
Ahora Bolsonaro está en su casa. Pero sin escenario, sin micrófono, y con la justicia tocándole el timbre.
