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EL DIARIO digital
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El gobierno bonaerense volvió a patear el hormiguero. Esta vez, para defender algo que incomoda a los propios: las candidaturas testimoniales.
Carlos Bianco, ministro de Gobierno y escudero número uno de Axel Kicillof, salió este lunes a poner la cara y aclaró que no hay nada que dramatizar: "Está previsto por la ley. Es un mecanismo que se usó mil veces y nos permite poner a los candidatos más competitivos".
Traducción: no importa si después asumen o no.
La diferencia con La Cámpora, en vivo y en directo
En conferencia de prensa, Bianco evitó responder la pregunta obvia: ¿Van a asumir Verónica Magario, Diego Nanni o Mario Ishii si son electos?
Lo que sí dejó claro fue el respaldo total a las listas armadas por Kicillof. "No es que esté impedido por la ley. Lo hicimos de frente a la gente. Lo que queremos es ganar esta elección", insistió.
El mensaje, más allá de las palabras, se leyó como un nuevo pase de factura a La Cámpora, que hace días salió a pegarle a la estrategia electoral del gobernador.
La respuesta de los camporistas
La semana pasada, Mayra Mendoza había puesto el dedo en la llaga:
"No está bien, porque la gente merece sentirse representada. Cristina planteó criterios y no se tuvo en cuenta lo de las testimoniales, que no está bueno".
Mendoza incluso avisó que, si gana como diputada provincial, asumirá y dejará su cargo en Quilmes a Eva Mieri, la presidenta del Concejo Deliberante.
Facundo Tignanelli, jefe del bloque en Diputados, sumó leña:
"Quienes se presentan en la elección tendrían que asumir la representación de la banca. Cuando a Mayra le preguntaron, dijo que sí. No sé si le preguntaron a Magario ".
Unidad en la foto, distancia en los hechos
Hace apenas unos días, Kicillof y Mayra Mendoza compartieron un acto para intentar mostrar "unidad" tras el cierre de listas. Sonrieron para la foto y prometieron trabajar juntos.
Pero hoy, la conferencia de Bianco dejó claro que el frente oficialista tiene más fisuras que sonrisas. Y que, para el gobernador, la prioridad no es la pureza ideológica, sino otra: ganar, aunque sea con nombres prestados.