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All Boys en un final épico, pasó de ronda

All Boys venció por 102 a 100 a Independiente de Neuquén en el suplementario y en un final para el infarto y luego de estar 18 puntos abajo al final del 3er cuarto.

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EL DIARIO digital

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Un montón de títulos. Los que aparecen, los que podrían ser, los que pudieron ser y los que fueron. All Boys es, en sí mismo, un título por juego. Como anoche, en esta Liga Federal de Básquetbol a la que le tomó el gusto, justo en el año del Centenario. Por eso, por más que venga Unión de Mar del Plata, el mejor equipo de la Liga, All Boys elige creer. Como dice Marcelo Piuma, gigante en tierra de gigantes, "es básquet y hay que jugar cada partido".

Anoche, con una actuación memorable del centro, el Auriazul ganó quizá su mejor partido desde que está en la categoría. Por la reacción, por no dejarse noquear aunque estuviese groggy, y por batallar hasta el final, como el Roña Castro contra John David Jackson en México en 1994, o el Negro Víctor Emilio Galíndez ante Richie Kates, en 1976, cuando con la cara destrozada dijo: "del ring me sacan muerto".

All Boys, en esa batalla épica, le ganó a Independiente de Neuquén 102-100, en suplementario, tras igualar en 91. 

No fue una victoria de fase. Hay que contextualizarla. Porque fue en el tercer y definitivo encuentro de octavos de final ante un Independiente de Neuquén que por momentos fue intratable. Y aquí viene el dato: el local, impulsado por Yorio, contagiado por Manera y encendido por Piuma, reaccionó a una diferencia de 18 puntos en el cuarto final. Para la épica de las crónicas.

Poco importa, ahora, el análisis fino aunque sí preocupa para lo que viene. Porque el Rojo dañó desde el perímetro con mucha facilidad (17 triples en 38 intentos) y fue rápido para mover la bola. Sin Almendra (18) en su eje en el prime tiempo, tomaron la responsabilidad Villanueva (17), Correnti (24) y Matías Quiroga (15). El Rojo fue mejor en casi todo el partido y, tal vez, sintió la miel en los labios antes de tiempo.

Por eso se fue al descanso 52-48 arriba y con mucha confianza.

La figura

Pablo Almendra, la figura del equipo, estuvo muy por debajo de lo que puede dar. Y All Boys aportó a secar al goleador, con varias marcas. La estrategia fue un arma de doble filo porque Independiente quedó con el tiro de campo cómodo. Y cuando la bola entra el aro se hace grande.

Los buenos jugadores, como Almendra, rara vez se esconden. Por eso tomó la responsabilidad al arranque del período complementario. Sus seis puntos seguidos iniciaron el gran momento del equipo visitante. 

Gavazza no encontraba las respuestas y poco a poco el equipo parecía desvanecerse. Había perdido el control del juego, probó con dos bases, con darle la bola para que entre en confianza Zalabardo, con penetraciones… Pero nada parecía salir.

Nico Correnti se hacía cargo, del otro lado, de hacer más grande la herida. Profundizarla. Gran noche del armador repartiendo el juego, penetrando y manejando las ofensivas.

Independiente estaba en su escenario, el que vino a plantear a La Pampa. Y así, jugó con el desánimo local para tener 18 puntos al cierre del parcial y al inicio del cuarto final: 63-81.

Pero surgió el corazón de un equipo que a las corridas salió adelante. Marcelo Piuma tomó la bola y entendió por dónde había que lastimar. Su primer doble, fue el de la esperanza; el segundo, el de la reanimación y el tercero el de la confianza para mantenerse vivo.

Con la reserva de energía, ahora sí, All Boys decidió marcar hombre, repartir los esfuerzos y ayudas y provocar el error de Independiente. Y así, en un cambio de emojis, el fuego fue agua, y la lluvia inundó los celulares del público neuquino que vino a bancar a un buen equipo a la capital pampeana.

Con 4m51s por delante, ese enormísimo jugador que es Tony Manera (de los mejores bases que ha dado la provincia en los últimos años) encontró el pasillo de contragolpe y puso al equipo a 10, 77-87. Ahí nomás, un triple de Yorio y el highligth de Piuma, pusieron definitivamente en juego a All Boys cuando a 1m37s marcó el doble de la paridad.

Ya en "la chiquita" de la que hablan Coach Carlos Morales y Álvaro Martín en sus comentarios de la NBA, Villanueva fue a la línea a 1m30s y anotó los dos libres y puso de nuevo arriba al Rojo, pero Manera se conectó con Piuma, de nuevo se igualó el partido.

Independiente desperdició su ofensiva y con nada para ganar la serie, Knetch disparó con destino de soporte y cinco más.

En el complemento la energía fue auriazul en el inicio. Un triple de Piuma y un doble de Manera, tomaron una pequeña luz y el latido parecía volver a normalizarse. Pero Independiente igualó y llegaron al centenar de puntos.

Villanueva equivocó la rotación de la bola, que fue a nadie y con 13s2 Juan Cruz Gavazza pidió tiempo muerto con la posesión en su poder. Antonio Manera miró lo que tantas veces en su vida ha visto, el aro, un cristal y el imaginario túnel por el que ha depositado la bola desde su zurda pintada de brillos. Sus dos puntos fueron tal vez, a 7s4, los más valiosos. 

Independiente repuso del medio pero la suciedad de la ofensiva y la negligencia del ataque final, lo condenaron al infierno. Al adiós de una temporada más en la tercera categoría del básquetbol nacional.

Para All Boys, la épica para coronar una noche memorable. Para etiquetar en Instagram y anotarla en el cuaderno. Una más. Porque mientras haya vida, es necesario elegir creer.

Síntesis

All Boys 102 (91): Antonio Manera, 27; Franco Zalabardo, 16; Mateo Fazzini; Gerónimo Rausch, 3; Marcelo Piuma, 36; Paredes, 3; Gonzalo Yorio, 10; Alexis Knetch, 7. Entrenador: Juan Cruz Gavazza.

Independiente 100 (91): Nicolás Correnti, 24; Michelangeli, 15; Lucas Villanueva, 17; Pablo Almendra, 18; Nicolás Dentis, 8; Matías Quiroga, 15; Enzo Nieva, 3. Entrenador: Gabriel del Egido.

Parciales: 25-29, 23-23, 15-29, 28-10; 11-9.

Estadio: José Aquiles Regazzoli.

Serie: All Boys 2 – Independiente 1.

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