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EL DIARIO digital
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En el marco de la Feria Provincial del Libro, María Gimena Funes presentó el domingo "Las emociones del mediador", un libro editado por Astrea en 2022, resultado de la Maestría en Mediación, dictada por la Universidad de Alcalá de Henares (España), con colaboración del Equipo IMCA Asociación Civil.
"La presentación del libro fue una celebración, un momento muy significativo y no solo por la presentación del libro, que es un momento muy valioso, en el lugar que me vió nacer y crecer, sino también por las inquietudes, las preguntas, los decires de esas personas que estuvieron acompañando esa presentación, que fue muy enriquecedora. Y sobre todo porque acopie un montón de preguntas para seguir reflexionando", contó María Gimena Funes, en una entrevista con El Diario.
"Creo que eso es lo rico de escribir un libro. Todo lo que se despierta en el otro a partir de ello, y como eso vuelve a poner en juego la inquietud, la interrogación, la puesta en tensión de nuestras certezas y nos arroja a esta maravillosa cuestión de la incertidumbre", reflexionó.
Funes es Técnica Superior en análisis e intervención de campos grupal, institucional y comunitario, licenciada y profesora universitaria en Resolución de Conflictos y Mediación.
Si bien "hay muchísimas conceptualizaciones y definiciones y escuelas que definen la mediación", a Funes le gusta "pensarla como un proceso vivencial en el que las personas, que son las protagonistas del conflicto, pueden ser guiados por un tercero experto, que los acompaña para que puedan comprender y descubrir sus cualidades positivas, desarrollar sus capacidades sociocognitivas, para poder sinérgicamente y en el contexto de la relación que los convoca, fortalecerla y alcanzar de un modo autocompositivo, beneficios mutuos".
"Yo creo que la mediación tiene enorme valor como instrumento de cambio social, porque hace énfasis en la autonomía de la voluntad, en la dignidad intrínseca, en la vivencialidad, en la sinergia, en las cualidades positivas, en las habilidades sociocognitivas y la co-construcción de soluciones. Se apoya en la corresponsabilidad y en el aprendizaje. Por eso creo que todo lo que se trabaja en el escenario mediador nos permite comprender, abordar y apropiarnos con mayor profundidad de nuestros conflictos", dijo la autora.
- ¿Cuál fue la inquietud inicial que te llevó a embarcarte en la elaboración de este libro?
- Era una necesidad que venía experimentando desde hace mucho tiempo. Básicamente porque creo que ninguna persona puede dar aquello que no posee. Y si los mediadores, de alguna manera, arropamos a las personas en conflicto y generamos condiciones para que ellas puedan apropiarse activamente de esa conflictividad, puedan ser protagonistas de esa situación, puedan tomar decisiones, desarrollar sus habilidades sociocongnitivas, puedan incorporar al otro como un legítimo otro, eso no podía suceder si antes no era vivenciado, adquirido, desarrollado por mí, que acompaño a tantas personas en conflicto desde hace más de 20 años. Así que, tuvo que ver con una búsqueda, con un motor personal, con la necesidad de explorar en mi propia emocionalidad, en mis escenas temidas, en aquellas situaciones que me han generado emociones que me han obturado la posibilidad de acompañar a las personas en conflicto y también de poder potenciar aquella emocionalidad que, de alguna manera, expande, abre posibilidades, habilita y legitima a la gente.
-¿En qué ámbitos se desarrolla la mediación?
- La mediación puede desarrollarse en todos los espacios, porque el conflicto es inherente al ser humano. Según cuales sean los ámbitos, será el tema que podamos desarrollar. Podemos trabajar en mediación familiar; mediación comunitaria, donde se tratan los conflictos en el contexto de las relaciones sociales, los conflictos vecinales; también en el ámbito escolar, donde se pueden abordar las problemáticas que existen entre alumnos, entre alumnos y docentes, entre docentes y padres o todo lo que hace a la comunidad educativa. También está lo que refiere a la mediación intrajudicial o prejudicial, que es el tipo de mediación que tiene mayor desarrollo en nuestra provincia. Y también podemos hablar de la medicación deportiva, que gestiona toda la conflictividad en las organizaciones deportivas. Hoy también se está desarrollando mucho la mediación sanitaria, la mediación mercantil, la medicación hipotecaria, intercultural, concursal. Es decir, las temáticas y la posibilidad de abordaje de diversos conflictos es muy basta. Yo digo que la mediación no solo es una metodología, es una filosofía y una forma de vivir y de estar con otros.
- En el libro abordas la subjetividad, los aspectos psicológicos de los mediadores y las mediadoras, ¿qué estudios y/o prácticas tuviste en cuenta? ¿Cuál es tu experiencia personal? ¿Qué situaciones te han marcado y cómo?
- En lo que refiere a la investigación que desarrolla el libro yo tuve que formarme y mucho, en lo que hace a las neurociencias en sus diferentes ramas: en lo cognitivo, la neurociencia afectiva o emocional, la social, la educacional, pero también me fui nutriendo con otras teorías que tienen que ver con la teoría de las inteligencias múltiples de Gardner, la inteligencia emocional, que de alguna manera es la columna vertebral del libro. Todo lo que hace a la creatividad, la teoría de la toma de decisiones, son aspecto que han teñido mi perspectiva a la hora de poder ahondar en una temática tan vasta, tan profunda, tan inquietante, como es la propia emoción. En ese camino, mi experiencia personal fue puesta en escena. A partir de estudiar y profundizar en la temática, lo que hice fue mirarme, explorar en la propia emocionalidad, revisar algunas experiencias que fueron para mí perturbadoras, dolorosas, inquietantes, que me generaron miedo o alegría. Yo pude revisar muchas de las historias que me toco acompañar y como ellas impactaron en mi propio ser, en mi propio rol profesional, llevándome a repensar la función mediadora.
-El libro también es una caja de herramientas para los y las profesionales que se dedican a la profesión. En ese sentido, ¿qué críticas visualizas en las formaciones? ¿Qué sentís que falta? O ¿qué te interesa aportar a sus desempeños?
- Creo que sería muy soberbio de mi parte hablar de lo que falta dentro del rol, pero creo que el libro es una invitación a revisarse, a bucear en la propia bitácora emocional. Es decir, que nuestros aprendizajes deberían estar todo el tiempo teñido, generado, incentivado desde esta invitación a integral el sentir, pensar y hacer. Porque somos seres sentipensantes.