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EL DIARIO digital
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La hotelería argentina atraviesa una situación crítica. Durante las vacaciones de invierno de 2025, la ocupación promedio a nivel nacional no superó el 50?%, con caídas de reservas de hasta un 40?% en comparación con el año anterior. Esta baja sostenida afecta seriamente la rentabilidad en ciudades grandes y destinos regionales.
La Asociación de Hoteles de Turismo advierte que el sector pierde diariamente alrededor de 10 puestos de trabajo, cifra que ya suma cientos de empleos formales menos en lo que va del año. La estructura laboral, en su mayoría conformada por trabajadores registrados, empieza a resentirse por la falta de actividad.
Las causas de esta crisis son múltiples: la retracción del turismo receptivo post?pandemia, el encarecimiento interno frente a la oferta extranjera y el reciente aumento de costos operativos en servicios como energía, agua e impuestos. Frente a esto, muchos hoteles optaron por congelar tarifas o lanzar promociones, aunque la medida no alcanzó para revertir la tendencia.
Algunos destinos acumulan cifras más desalentadoras. En regiones como Cuyo y el Noroeste argentino, la ocupación rondó solo el 30?% o incluso menos. Incluso en la Ciudad de Buenos Aires y en provincias como Córdoba o Santa Fe, los niveles se mantuvieron entre el 50% y 35%.
En contraste, ciertas localidades como Bariloche y Villa La Angostura lograron números más alentadores, con ocupación superior al 80% durante gran parte del receso. El impulso vino gracias al aporte del turismo brasileño, con fuerte presencia en alojamientos de cuatro y cinco estrellas, y sin cancelaciones significativas a pesar de la falta de nieve.
Otros destinos como Puerto Iguazú ofrecen una imagen paradójica: aunque los vuelos llegan llenos, muchos turistas prefieren hospedarse del lado brasileño en Foz de Iguazú, donde encuentran mejores precios y promociones, lo que profundiza la crisis local.
El cuadro general alarma concretamente a ciudades del interior y destinos regionales, donde muchos hoteles debieron reducir servicios o cerrar temporalmente. Los reclamos coinciden en señalar que la combinación entre baja demanda y costos desmesurados hace insostenible mantener las actuales estructuras sin alguna forma de alivio tributario o estímulo.
Además, el turismo interno históricamente base del movimiento turístico nacional mostró señales de agotamiento: una caída del 16% en la cantidad de viajeros durante los fines de semana largos de junio y una baja del 28% en el gasto real conforme a datos empresariales.
El desafío es urgente. El sector necesita revertir el escenario con medidas de promoción, incentivos fiscales y apoyo a emprendimientos regionales. De lo contrario, la crisis podría derivar en un cierre masivo de establecimientos y una mayor pérdida de empleo, sobre todo en ciudades con alta dependencia del turismo.