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Disfagia: causas, síntomas y tratamiento

La disfagia es el término médico que se refiere a las dificultades para tragar. Algunas personas con disfagia tienen problemas para tragar ciertos alimentos sólidos o líquidos, mientras que otras no pueden tragar en absoluto.

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EL DIARIO digital

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Si hacemos referencia a su etimología, la palabra disfagia proviene del griego y se divide en dos vocáblos, "dys" que significa dificultad o alteración y "phag" (fagia) que significa comer o tragar. La disfagia hace referencia en el ámbito médico a la dificultad para tragar que presentan algunos pacientes. Normalmente, la disfagia ocurre al tragar ciertos alimentos sólidos, aunque algunos pacientes también pueden presentar dificultad para tragar ciertos líquidos, y en casos más graves de esta condición patológica, algunas personas no son capaces de tragar en absoluto.

La causa de la disfagia es en la mayoría de casos de origen neurálgico o muscular, y puede ser bastante dolorosa. Esta alteración del mecanismo de deglución es más común en bebés y personas mayores. La disfagia suele aparecer como síntoma o señal de otras enfermedades. Aunque en algunos casos puede no acompañar a otra enfermedad y presentarse como una condición patológica en sí misma. Existe un gran número de causas subyacentes que pueden provocar dificultades para tragar, por ejemplo, una inflamación de garganta.

Si la disfagia ocurre solo de forma pasajera y no más de dos veces, no suele ser grave, ni indicar que exista alguna condición patológica detrás de la dificultad para ingerir ciertos alimentos. Sin embargo, si este problema de deglución se presenta de forma persistente, es importante acudir a un especialista para que ofrezca un diagnóstico y un posible tratamiento.

Existen numerosas causas diferentes susceptibles de provocar una alteración de la deglución, el tratamiento de la disfagia dependerá del origen concreto de la condición. En este artículo profundizaremos en la disfagia, sus causas, síntomas y diagnóstico, además de exponer todas las causas que pueden provocar dificultades al tragar.

¿Qué es la disfagia?

La disfagia es el término médico utilizado para describir la dificultad para tragar alimentos o líquidos que presentan algunas personas. Algunas personas solo no pueden tragar alimentos, mientras que otras no pueden tragar ni alimentos sólidos ni líquidos. Mientras que algunas personas afectadas por esta enfermedad son incapaces de tragar en absoluto.

Las causas de disfagia son variadas, puede representar un síntoma de una enfermedad subyacente o ser una condición en sí misma. Típicamente, las causas de disfagia tienen que ver con enfermedades o condiciones que afectan a los músculos y a los nervios, y la afección se puede dividir en tres o dos categorías principales, dependiendo de la literatura científica. La disfagia esofágica que afecta al esófago y la disfagia oral, que se presenta en la garganta. Existe una tercera alteración, la disfagia faríngea, el origen de la patología sé da en la faringe y puede ser un síntoma subyacente de una enfermedad neurológica como el Parkinson. La mayoría de textos juntan estas dos últimas y hablan de disfagia orofaríngea.

La dificultad para tragar, que es el síntoma principal de disfagia, a menudo se acompaña de asfixia, tos y sensación de que algo está atascado en la garganta o en el pecho. La disfagia dificulta que una persona coma, y que ingiera las suficientes calorías y nutrientes que necesita para cumplir con todos los requisitos diarios. Con el tiempo, la disfagia puede causar pérdida de peso, así como otras complicaciones graves que afectan al organismo, como malnutrición y deshidratación.

El diagnóstico de disfagia incluye diferentes técnicas que permiten determinar al logopeda o especialista de la deglución, que parte está alterada. El tratamiento de esta condición incluye tratamiento farmacológico o quirúrgico que dependerá del tipo de disfagia y la causa subyacente.

Causas de la disfagia

Los problemas que tienen como origen la garganta o el esófago son la causa más probable de dificultades para tragar. Principalmente, existen dos tipos de disfagia: disfagia orofaríngea y esofágica. Dependiendo del tipo de disfagia, el origen de la enfermedad puede ser diferente.

1. Disfagia orofaríngea

Los pacientes que tienen disfagia orofaríngea tienen problemas para tragar, tosen cuando comen y pueden regurgitar alimentos por la nariz. En este tipo de disfagia la comida no consigue llegar de forma correcta al esófago y permanece en la garganta y faringe de donde tiene que ser expulsada. Al tragar los pacientes, pueden atragantarse y ahogarse. También pueden tener la sensación de que la comida o el líquido baja por la tráquea o sube por la nariz. Esta mala conducción de los líquidos puede provocar neumonía.

Algunos trastornos pueden afectar la deglución, como la esclerosis múltiple, la distrofia muscular y la enfermedad de Parkinson. La deglución también puede verse afectada por daño neurológico a largo plazo o daño a los nervios causado por un accidente cerebrovascular o lesión de la médula espinal. El divertículo de Zenkers es una pequeña bolsa que se forma en la garganta y causa dificultad para tragar, sonidos de gorgoteo, mal aliento y tos o carraspeo frecuente. Algunos cánceres y tratamientos para el cáncer también pueden causar dificultad para tragar.

2. Disfagia esofágica

Los pacientes con disfagia esofágica tienen dificultad con el proceso de peristalsis que comienza en el esófago. La disfagia esofágica dificulta el movimiento que permite tragar alimentos por el esófago. Los pacientes con disfagia esofágica tienen la sensación de que los alimentos se les pegan o quedan atascados en el esófago. La disfagia esofágica responde a diferentes causas que afectan de una forma diferente al esófago.

Acalasia: en una condición conocida como acalasia, los músculos del esófago no pueden relajarse y dejar pasar la comida, lo que hace que la comida regrese a la garganta. Las paredes del esófago también pueden tener músculos debilitados, lo que puede empeorar con el tiempo.

Espasmo difuso: después de tragar, la parte superior del esófago puede tener espasmos incontrolables. Esta condición se llama espasmo difuso y afecta los músculos involuntarios en la parte inferior del esófago.

Estenosis esofágica: la estenosis hace referencia a la pérdida de diámetro de un canal. Un esófago estrecho puede atrapar grandes trozos de comida.

Tumores esofágicos: los tumores esofágicos pueden hacer que el esófago se estreche, lo que puede dificultar progresivamente la deglución. El tejido cicatricial y los tumores también pueden causar el estrechamiento del esófago.

Atasco cuerpos extraños: los alimentos u otros objetos también pueden atascarse en la garganta o el esófago. Es un problema que puede ocurrir en adultos mayores que usan dentaduras postizas o en personas que tienen dificultad para masticar los alimentos.

Anillo esofágico: hay un área estrecha en la parte inferior del esófago que puede causar problemas para tragar alimentos sólidos.

Reflujo ácido: el daño del tejido del esófago causado por el reflujo ácido puede provocar estrechamiento y cicatrización, de la parte baja del esófago.

Esofagitis eosinofílica: es una condición que se cree que está relacionada con una alergia alimentaria, provocada por un exceso de células llamadas eosinófilos en la parte inferior del esófago.

Esclerodermia: cuando el tejido del esófago se lesiona, se desarrollan cicatrices que reemplazan al tejido original, las cicatrices hacen que el órgano pierda parte de su funcionalidad. En este caso, el esfínter deja de funcionar correctamente y el ácido puede volver a filtrarse hacia el esófago, provocando una serie de daños y acidez.

Radioterapia: la radioterapia mata las células cancerígenas y puede causar cicatrización e inflamación del esófago, provocando otro tipo de problemas y la dificultad para tragar.

Síntomas

A menudo, los pacientes que tienen disfagia no son conscientes de la enfermedad, simplemente piensan que esta dificultad de tragar puede ser debido a una inflamación o algo menos grave. En estos casos leves, la disfagia pasa desapercibida, pero sin tratamiento, aumenta la posibilidad de neumonía por aspiración (una infección de los pulmones que puede ocurrir al inhalar saliva o partículas de comida). No ser diagnosticado con disfagia, también puede causar desnutrición y deshidratación.

Los síntomas de la disfagia incluyen principalmente atragantarse con la comida, dificultad para tragar y la sensación de que la comida está atascada en la boca, la garganta o el pecho (detrás del esternón). Al tragar, una persona puede toser o tener arcadas. También podría babear. Es posible que la comida o el ácido estomacal regresen al esófago e incluso a la garganta. El paciente de disfagia presenta frecuentemente acidez estomacal, ya que el flujo regresa una y otra vez. En algunas condiciones los pacientes pueden presentar ronquera, pérdida de peso inexplicable y sufrir neumonías recurrentes. Algunos pacientes pueden sentir que no pueden controlar la saliva.

Tratamiento

El tratamiento de la disfagia dependerá de la causa subyacente a la condición.

El tratamiento de la disfagia esofágica incluye dilatación del esófago, tratamiento farmacológico, dieta y cirugía.

Dilatación del esófago: en el caso de existir la tensión de los músculos del esfínter (acalasia) o un estrechamiento (estenosis), la disfagia esofágica se puede tratar con dilatación del esófago, un globo alimentado a través de un endoscopio para expandir el esófago o estirando el esófago con múltiples tubos flexibles

Tratamiento farmacológico: el reflujo se puede tratar con medicamentos recetados que se toman por vía oral para reducir el ácido estomacal. Es posible que se deba seguir el tratamiento farmacológico por un largo periodo de tiempo. El espasmo esofágico se puede relajar con relajantes musculares y se pueden usar corticosteroides para la esofagitis eosinofílica.

Dieta: la dieta también puede ayudar en ciertas condiciones. Dependiendo de la causa de la dificultad para tragar, el médico puede incluir una dieta particular como tratamiento. En el caso de la esofagitis eosinofílica se puede incluir en la dieta como parte del tratamiento.

Cirugía: algunas enfermedades del esófago (un tumor, acalasia, divertículo faringoesofágico) requieren cirugía para abrir la vía esofágica.

Para tratar la disfagia orofaríngea se puede acudir a un logopeda o un especialista en patología de la deglución. Los ejercicios de deglución pueden ayudar, por un parte, a los músculos involucrados en el proceso de la deglución y, por otra parte, pueden estimular los nervios que desencadenan el reflejo de deglución que están funcionando de forma incorrecta.

También hay técnicas que se pueden aprender para tragar mejor. Se pueden aprender formas de llevar la comida a la boca más eficiente o cómo colocar el cuerpo y la cabeza para ayudar a tragar. Si la disfagia es causada por problemas que afectan al sistema nervioso y los nervios, como la enfermedad de Parkinson o de Alzheimer, los ejercicios y las nuevas técnicas para ayudar a la deglución pueden resultar efectivas.

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