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Piden 18 años de prisión por el doble intento de homicidio en Algarrobo del Aguila

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La sentencia será leida el próximo 23 de julio. La fiscalía solicitó que se condene a Eulogio Amaya por el delito de “homicidio agravado en grado de tentativa" y “homicidio simple agravado por el uso de arma de fuego en grado de tentativa".

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EL DIARIO digital

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Este martes finalizó el primer juicio oral en Victorica por una tentativa de homicidio, a raíz de un hecho ocurrido el 28 de agosto del año pasado en Algarrobo del águila y donde el acusado es Eulogio Amaya.

Ello se debe a que a partir de un acuerdo del Superior Tribunal de Justicia se promovió la realización de audiencias en el lugar más cercano adónde ocurrieron los hechos. En este caso se evitó que algunos testigos tuvieran que recorrer 350 kilómetros de más.

Victorica es cabecera de la Cuarta Circunscripción Judicial, que abarca el oeste provincial, y allí se desarrollan debates desde el año pasado, a partir que en septiembre entrara en vigencia la modificación del artículo 55 de la ley 2784, Orgánica del Poder Judicial, que especifica que habrá jueces de audiencia en toda la provincia.

De esta manera, las cuatro circunscripciones judiciales cuentan con magistrados con competencia local. Los de Santa Rosa tienen competencia en la Primera y Tercera Circunscripción Judicial (Santa Rosa y General Acha, respectivamente) y los de General Pico en la Segunda y la Cuarta (General Pico y Victorica respectivamente).

Esa iniciativa se basó en el anexo III del acuerdo 3446 del Superior Tribunal de Justicia, dictado en 2016, que estableció que “los jueces deberán tener especialmente en cuenta la posibilidad de disponer la realización de la audiencia en el lugar donde ocurrieron los hechos, cuando ello sea particularmente beneficioso para el comparendo de las partes, testigos, peritos o intérpretes, y para el buen desarrollo del debate”.

Hasta ahora se habían organizado tres juicios en Victorica y este, el cuarto, es el primero por un homicidio en grado de tentativa, ya que Amaya (78 años) intentó terminar con las vidas de Sergio Oscar Cuello (44 años) y su hermana Alejandra Edith Cuello (45 años) , expareja de aquel.

De acuerdo a la acusación fiscal, Eulogio Amaya habría ingresado el 28 de agosto de 2019 a un local comercial de la localidad de Algarrobo del águila con intenciones de poner fin y terminar con la vida de Sergio Oscar Cuello, su ex cuñado y de Alejandra Edith Cuello, su ex pareja.

Cuando ingresó les habría manifestado “ustedes no se van a reir de mi”, habría apuntado y efectuado dos disparos con un arma de fuego tipo revolver a Sergio Oscar Cuello, ocasionándole un orificio de entrada en el brazo izquierdo. Inmediatamente después le habría apuntado a su ex pareja Alejandra Edith Cuello y le habría disparado en dos oportunidades provocándole orificio de entrada de proyectil en dorso de mano izquierda que siguió un trayecto lineal saliendo por el lado izquierdo del dedo anular del mismo lado y herida tangencial en muslo derecho que no ingresó en el mismo y heridas cortantes en mano derecha, conforme surge del certificado médico extendido por el profesional interviniente.

El debate estuvo a cargo de la jueza de audiencia de General Pico, María José Gianinetto, quien se trasladó a Victorica junto a dos integrantes del equipo de trabajo de Oficina Judicial de esa ciudad. También intervieneron la fiscal victoriquense, Alejandra Moyano González, el defensor particular Raúl Alberto Quiroga y los patrocinantes, Omar Eduardo Gebruers y Alejandra Lezcano López, en representación de la parte querellante.

El juicio se realizó de manera presencial en el salón de actos del municipio, sin asistencia de público y respetando las medidas de seguridad sanitaria dispuestas por el Ministerio de Salud de la provincia y el distanciamiento social.

En los alegatos finales, la fiscal solicitó que se condene a Eulogio Amaya por el delito de “homicidio agravado en grado de tentativa por haber sido cometido contra la persona con quien mantuvo una relación de pareja y por mediar violencia de género” en perjuicio de Alejandra Cuello y de “homicidio simple agravado por el uso de arma de fuego en grado de tentativa, todo en concurso ideal con el delito de portación de arma de fuego”, en perjuicio de Oscar Cuello.

Y solicitó la pena de 18 años de prisión. Por su parte el representante de los querellantes particulares- los dos damnificados- adhirió en todo lo expuesto por la fiscalía. El defensor del imputado, solicitó la absolución de su defendido y subsidiariamente el mínimo de la pena que le pudiera corresponder.

Testimonios

Finalizados los alegatos iniciales y cedida la palabra al imputado Amaya, el mismo declaró su versión de los hechos. Manifestó que no se acordaba nada de lo que lo acusan. Respecto a la acusación de que “quiso matar” a su esposa agregó que “nunca tuvo un pensamiento así“ y que de su parte “la apreciaba mucho”. Que recuerda de un entredicho con su cuñado. También agregó que no recordaba cómo llegaron las armas a sus manos por que él no guardaba las armas sino que “las armas siempre las tenía ella, nunca las tuve yo, porque las guardaba ella”. Finalmente se declaró inocente y respondió a preguntas de las partes.

Luego fue el turno de la damnificada Alejandra Cuello, ex pareja del imputado, quien junto a su hermano y su madre solicitaron declarar sin la presencia del imputado en la sala. Alejandra Cuello manifestó que con Amaya se habían casado en 2012 y que el dia de los hechos estaban separados viviendo en casas diferentes.

Recuerda que ese día Amaya la llamó para decirle que quería ir a la casa donde ella vivía a buscar una escopeta y otras cosas más, a lo que ella accedió.

“Hasta ese momento yo tenía confianza con él”, recuerda. El imputado tenía un local enfrente del negocio de ellos. Recuerda con la voz quebrada que ese día como a las ocho de la noche entró en el local de ella y de su hermano, “levanta el arma, y dice ‘ustedes no se van a reir de mi’ y empezó a disparar”. Cuenta su versión de cómo sucedieron los hechos hasta que, junto a su madre que estaba en la sala de al lado, logró sacarle el arma a Amaya y llamó a la policía. Recuerda que para ella "la separación estaba todo bien, yo tenia mucha confianza en él, pero parece que no estaba bien para él”. En respuesta a una pregunta del defensor, la mujer manifestó que el imputado siempre fue tranquilo y que nunca tuvieron problemas de violencia y que la relación con su hermano era muy buena.

A continuación testificó el otro damnificado, Sergio Cuello años, de 44 años, hermano de la damnificada quien también recordó lo vivenciado el día de los hechos. Comentó que “estaba acomodando las gaseosas porque recién se había ido el repartidor y siento que abren la puerta porque tiene un cencerro, suena, y veo que levanta el revolver don Chiche, levanta el revolver y siento que dispara y yo me caigo y siento más disparos.” Manifiesta que su hermana y el imputado hacía tres días que se habían separado y que el imputado se había mudado a la casa de enfrente. Ante preguntas del defensor de Amaya agrega que nunca tuvo antes ningún roce, “hasta el momento que sucedió esto para mi fue excelente persona”.

Posteriormente se presentó a brindar su testimonio la madre de los damnificados Gladis Edith Sosa, quien estaba en la cocina que está atrás del salón donde funcionaba el negocio cuando sucedieron los hechos. Fue quien ayudó a su hija, que estaba forcejeando con Amaya luego de los disparos, a desarmar al imputado, y recordó que Amaya dijo “que los iba a matar a todos” y se fue.

Luego fue el turno del perito de la Agencia de Investigaciones Científicas de Santa Rosa quien brindó su testimonio por videoconferencia. A posteriori lo hizo José Gualpa, perito de Agencia de Investigaciones Científicas, de manera presencial.

Seguidamente dos representantes de la Oficina de Atención a la Víctima y el Testigo, las Lic. Rocío Ramos y Ana Laura Saure propuestos por la querella lo hicieron mediante videoconferencia.

Más tarde se presentaron de manera presencial los testigos propuestos por la defensa; Alfredo López, quien trabajó en albañilería en el armado del negocio y de la casa de Amaya y su familia; Rubén Daniel Chiodi Flores, quien conoce al imputado y su familia porque ha ido a trabajar como albañil a su casa y Adriana Leticia Ganga, enfermera que atendió a Amaya el día de los hechos porque tenía una crisis de asma.

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