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EL DIARIO digital
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El gobierno de Alberto Weretilneck en Río Negro volvió a generar preocupación al solicitar a la Legislatura un nuevo y millonario endeudamiento por 260.000 millones de pesos para el ejercicio 2026. La alarma se disparó no solo por la magnitud del monto, sino porque los fondos solicitados serán destinados íntegramente a gastos corrientes, es decir, al funcionamiento básico del Estado.
La solicitud incluye la autorización para emitir Letras del Tesoro y tomar sobregiros bancarios que permitan a la provincia cubrir déficits estacionales desde enero. Esto implica que la deuda se utilizará para financiar sueldos, servicios esenciales y asistencia social, en lugar de impulsar obras o inversiones. Una decisión de una provincia vecina a La Pampa, pero con otro criterio.
Endeudamiento para "pasar el año"
El Ejecutivo provincial defiende la medida como "indispensable" para garantizar la liquidez. Sin embargo, en sectores políticos y económicos crece la percepción de que el gobierno está recurriendo a la deuda como una "muleta permanente" para sostener un Estado que ya no puede autofinanciarse, en lugar de implementar soluciones estructurales.
La oposición reaccionó con dureza, cuestionando que Weretilneck pida un monto tan elevado "sin un plan claro de ordenamiento" y sin mostrar señales concretas de reducción del gasto. Se denuncia la entrega de un "cheque en blanco" que compromete el futuro fiscal.
Dirigentes territoriales remarcan que "se toma deuda para pagar sueldos", una comparación cada vez más extendida que resume la preocupación por la crisis de caja permanente que enfrenta Río Negro, sin que el problema sea reconocido públicamente.
Coparticipación como garantía
El punto más grave del esquema propuesto es que la garantía del endeudamiento volvería a ser la coparticipación federal. Esto significa que los recursos que deberían fortalecer áreas clave como salud, educación o seguridad quedarán retenidos automáticamente para cubrir compromisos financieros, reduciendo la capacidad de maniobra provincial al mínimo.
Analistas económicos advierten que el presupuesto 2026 ya nace condicionado. Con más del 80% del gasto orientado a sueldos, servicios y obligaciones con municipios, la provincia carece de margen para generar inversión pública real. De esta manera, la deuda se transforma de una herramienta excepcional en parte del funcionamiento habitual del Estado rionegrino.
El gobierno de Weretilneck se encamina a un año donde el endeudamiento parece ser la única salida, trasladando los problemas hacia adelante sin mostrar voluntad de corregir las causas del déficit ni de transparentar las medidas estructurales.