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El pluriempleo y la informalidad crecen: la legislación laboral muestra sus fallas

El empleo independiente crece casi el triple que el asalariado, y casi dos millones de personas recurren al multiempleo para no caer en la pobreza, en un mercado laboral con signos de precariedad y baja productividad.

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EL DIARIO digital

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Indicadores clave al primer trimestre de 2025 confirman que la vigencia de una legislación laboral desactualizada que data de los años 70 y la alta carga impositiva desalientan la contratación formal, afectando principalmente a las PyMEs e impulsando el trabajo no registrado.

Los datos combinados del INDEC (a través de la Encuesta Permanente de Hogares - EPH), el Ministerio de Trabajo y el Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA), al primer trimestre de 2025, exponen las fallas estructurales del sistema. La principal evidencia es el fuerte crecimiento del trabajo independiente frente al asalariado: mientras los asalariados crecieron a un ritmo de apenas 1,11% anual, los trabajadores independientes avanzaron a una tasa de 2,91% al año en la última década. Este fenómeno, en gran medida, es impulsado por la necesidad de compensar la constante caída del ingreso medio.

El pluriempleo o multiempleo afecta a casi dos millones de personas, quienes combinan diversos trabajos (público y privado, asalariado y monotributista o autónomo) para sostener sus ingresos. En el primer trimestre de 2025, existían 22,69 millones de puestos laborales para poco más de 20,68 millones de personas ocupadas, lo que subraya la extensión de esta estrategia de supervivencia.

Estancamiento del empleo privado y avance de la informalidad

El crecimiento del empleo asalariado privado ha sido alarmantemente lento, con un aumento de apenas 2% en nueve años, quedando muy por debajo del incremento poblacional (9,5%) y de la oferta laboral (14,8%). Las causas de este estancamiento se encuentran en la legislación laboral desactualizada, las cargas patronales elevadas y un clima judicial percibido como adverso.

Desbalance entre tipos de empleo: La relación entre asalariados y trabajadores independientes alcanzó el nivel más bajo en una década: 2,72 asalariados por cada trabajador independiente (en 2016 era de 3,2). El número de dependientes fue de 16,6 millones, con un incremento del 10,4%, mientras que los independientes llegaron a 6,1 millones tras crecer un 29,4%.

Crecimiento del monotributo: El aumento del trabajo independiente se focalizó en los monotributistas plenos y sociales, un segmento asociado a la informalidad y bajos niveles de facturación.

Acelerado crecimiento del trabajo no registrado: El empleo no registrado se expandió a una tasa de 2,37% anual en nueve años, superando ampliamente el crecimiento del empleo formal (0,22% anual). Entre los independientes, los informales (con un aumento del 33,2% desde 2016) superaron a los formalizados.

La urgencia de una reforma estructural

La evidencia es contundente: la estructura laboral argentina está marcada por la expansión del empleo independiente y la precariedad de los puestos asalariados privados. La actual legislación impone un "sesgo antiempleo" que no incentiva el desarrollo de emprendimientos con potencial de crecimiento, lo que deriva en una reducción de la productividad y limita el ingreso medio.

Sin una modernización profunda de la legislación laboral que incluya incentivos al empleo formal, protección social y reglas que se adapten a la nueva realidad del trabajo (incluidos los cambios tecnológicos y las corrientes internacionales), los desafíos para alcanzar un crecimiento inclusivo y sostenible se agudizan.

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