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EL DIARIO digital
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Este miércoles, la Secretaría de Trabajo alcanzó un acuerdo con los controladores aéreos, quienes suspendieron la medida de fuerza programada para el jueves, en un conflicto que ya había generado importantes inconvenientes para el servicio aéreo. La disputa, que comenzó por un reclamo salarial, se vio intensificada por las reiteradas suspensiones de vuelos que afectaron a miles de pasajeros y el panorama de incertidumbre sobre los próximos pasos.
La convocatoria a una nueva reunión de conciliación entre el gremio ATEPSA y la Empresa Argentina de Navegación Aérea (EANA) permitió que la protesta fuera levantada, aunque el gremio destacó que no se descarta la continuidad de las medidas de fuerza en caso de que no haya avances sustanciales en la negociación. La medida de fuerza suspendida había sido organizada por el sindicato en reclamo de mejores condiciones salariales y laborales para los controladores aéreos.
Suspensión parcial de vuelos y caos en el aire
El paro de este martes había causado importantes trastornos en la conectividad aérea nacional, con más de 80 vuelos cancelados y otros tantos reprogramados. Según informaron fuentes de Aerolíneas Argentinas, alrededor de 15.000 pasajeros se vieron afectados por la paralización del servicio, que se produjo en dos franjas horarias críticas: de 7 a 10 de la mañana y de 14 a 17 horas. Las demoras se registraron principalmente en vuelos nacionales, aunque se garantizó la continuidad de aquellos servicios de emergencia.
Este paro fue sólo el primer episodio de una serie de medidas que ATEPSA había previsto para la semana, lo que desató la alarma en el sector del transporte aéreo, dado el impacto económico que estas interrupciones podrían generar en la actividad turística y empresarial, principalmente durante la temporada alta de vuelos.
El conflicto: un reclamo salarial de fondo
La raíz del conflicto entre el gremio y el Gobierno radica en las demandas salariales de los controladores aéreos, quienes exigen una mejora significativa en sus condiciones laborales y en su remuneración. Según fuentes del sindicato, la oferta del Gobierno de un aumento del 15% fue rechazada por no cumplir con los términos acordados en actas anteriores. La situación ha generado un tira y afloja entre las autoridades y los trabajadores del sector, que continúan presionando por una mejora en sus ingresos.
A pesar de que el conflicto parecía ser una batalla ganada para el gremio, la intervención de la Secretaría de Trabajo permitió una apertura al diálogo que ha evitado un conflicto más grave en el sistema aéreo. Sin embargo, la incertidumbre sigue presente, ya que el gremio mantiene en pie nuevas medidas de fuerza, especialmente para el próximo sábado, si no se llega a un acuerdo final.
La respuesta del Gobierno y el futuro del servicio aéreo
Desde el Gobierno, se destacó la importancia de garantizar la continuidad del servicio aéreo como un servicio esencial para el país. La Secretaría de Transporte advirtió que, de no cumplirse con los acuerdos de conciliación, podrían aplicarse severas sanciones económicas, e incluso la revocación de la concesión de EANA.
Por su parte, la Empresa Argentina de Navegación Aérea (EANA) mostró su rechazo a la medida de fuerza, argumentando que las protestas afectan a millones de personas y dañan la imagen del país en el ámbito internacional. Asimismo, se remarcó que la entidad trabaja con personal de guardia durante las franjas horarias del paro, con el fin de minimizar las interrupciones en el tráfico aéreo.
¿Qué sigue?
La resolución de esta controversia sigue siendo incierta. Aunque se han suspendido las medidas para este jueves, el gremio ATEPSA ha dejado en claro que no cederá en su lucha por mejoras salariales y que la convocatoria a la mesa de conciliación será una prueba de fuego. Con un clima tenso en el aire, tanto el Gobierno como los controladores aéreos deberán encontrar un punto de acuerdo para evitar una escalada del conflicto.