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EL DIARIO digital
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El 17 de agosto de 1850, en Boulogne-sur-Mer, Francia, murió José de San Martín. Tenía 72 años y había pasado sus últimos tiempos en el exilio. A 175 años de aquel día, su figura se mantiene viva en la memoria colectiva como el Libertador de América y Padre de la Patria.
Infancia y formación militar
San Martín nació el 25 de febrero de 1778 en Yapeyú, actual provincia de Corrientes. Hijo de un militar español, se trasladó siendo niño a España, donde ingresó a las filas del ejército real. Su formación se nutrió en campañas contra moros y franceses, hasta alcanzar el grado de teniente coronel tras más de dos décadas de servicio.
El regreso a América
En 1812 decidió volver al Río de la Plata, convencido de que su destino estaba ligado a la causa emancipadora. Recién llegado, fundó el Regimiento de Granaderos a Caballo, con el que obtuvo su primera victoria en el combate de San Lorenzo, en febrero de 1813.
Campañas decisivas
El 9 de julio de 1816, mientras el Congreso de Tucumán declaraba la independencia, San Martín planificaba una estrategia continental: liberar a Chile y Perú como condición indispensable para asegurar la libertad del Río de la Plata.
Desde Mendoza, organizó el Ejército de los Andes, que en 1817 protagonizó una de las gestas más audaces de la historia militar: el Cruce de los Andes. Tras las victorias de Chacabuco (1817) y Maipú (1818), garantizó la independencia de Chile. Luego emprendió la expedición al Perú, donde en 1821 proclamó la independencia en Lima y fue nombrado Protector de aquel país.
El encuentro con Bolívar y el retiro
En 1822, en Guayaquil, San Martín se reunió con Simón Bolívar. Aquel histórico encuentro selló su decisión de retirarse: dejó en manos de Bolívar la continuidad de la campaña libertadora. Sin buscar honores personales ni aferrarse al poder, regresó a Mendoza y luego partió a Europa.
Los últimos años
Instalado en Francia, siguió de cerca los acontecimientos de América y mantuvo una firme postura de rechazo a las disputas internas que desgarraban a las Provincias Unidas. Nunca volvió a su tierra natal. Su fallecimiento en 1850 marcó el inicio de una veneración que, con el tiempo, se convirtió en símbolo nacional.
Un legado inmortal
San Martín fue mucho más que un estratega militar. Su vida y sus principios, su renuncia a los privilegios y su visión de una América unida, lo colocaron en el panteón de los grandes líderes de la historia universal. A 175 años de su muerte, su ejemplo sigue siendo un faro para la identidad argentina y latinoamericana.