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EL DIARIO digital
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El peronismo bonaerense vive horas decisivas en su intento por consolidar la unidad de cara a la inscripción del nuevo frente electoral, cuyo plazo vence este miércoles. Con reuniones intensas en la Casa de Gobierno provincial, Axel Kicillof, Máximo Kirchner y Sergio Massa encabezan las negociaciones para redactar el estatuto de la alianza que los enfrente a La Libertad Avanza.
Anoche, la gobernación fue nuevamente escenario de un encuentro entre las tres principales figuras del peronismo, continuando conversaciones que se extendieron por segundo día consecutivo. Fuentes cercanas al diario Página/12 confirmaron que "el diálogo avanza, no hay nada cerrado ni empantanado", mientras los equipos legales de cada sector trabajan en los armados técnicos para la presentación ante la Junta Electoral.
La jornada previa a la formalización de las alianzas fue de "reunionismo puro" en La Plata. Convencidos de que la unidad es la única vía para evitar la derrota, los principales actores de lo que hoy se denomina Unión por la Patria intensificaron la reorganización contrarreloj.
El gobernador Axel Kicillof, tras un acto de gestión en Pilar, se sumergió en la neblina provincial para un encuentro con ministros y legisladores de su espacio, el Movimiento Derecho al Futuro (MDF), incluyendo a Carlos Bianco (Gobierno), Javier Alonso (Seguridad) y el diputado Carlos "Cuto" Moreno.
Paralelamente, un ministro del gabinete se encargó de contactar a los intendentes axelistas del interior, mientras que los del conurbano ya habían mantenido reuniones presenciales. Los llamados, con un promedio de 40 minutos por conversación, revelaron un abanico de pareceres: desde enojo hasta expectativa por las novedades. La "rosca" política quedó fuera del grupo de WhatsApp, que se usó solo para gestión y críticas a la decisión de Javier Milei de cerrar Vialidad Nacional.
Grietas internas
Internamente, el Movimiento Derecho al Futuro muestra divisiones entre quienes rechazan la unidad y quienes prefieren cerrarla. "No se habló de los porcentajes, ni nombres, por eso muchos desconfiaban y decían que estaban mareando la perdiz", confió una voz experimentada.
Por la tarde, la Gobernación albergó una reunión más técnica, pero crucial. En el despacho de Agustina Vila, secretaria General de Gobierno y persona de máxima confianza de Kicillof, se encontraron Eduardo Cergnul (apoderado del Frente Renovador) y el diputado Facundo Tignanelli (representante del PJ bonaerense). Allí comenzó a redactarse el borrador del estatuto del nuevo frente, cuyo nombre aún no se había definido al cierre de esta edición.
Los tres vértices coincidieron en los valores programáticos: justicia social, defensa de la soberanía y las banderas de Memoria, Verdad y Justicia. Sin embargo, la "letra chica" generó debates. El MDF, por ejemplo, exige un "compromiso" con la gestión por parte de los socios y la apertura del frente a partidos "de afuera". También se discutió la conformación de la comisión de apoderados, un punto que quedó abierto a negociación por diferencias en las cantidades, con Kicillof pidiendo "garantías recíprocas".
Otro punto álgido fue la definición de las candidaturas. Mientras que en los municipios donde el frente es gobierno la definición recaería en el intendente, no hubo acuerdo en cómo dirimir en distritos gobernados por el PRO, LLA o la UCR. El Frente Renovador, por su parte, postuló la "generosidad" en los armados y el respeto a las minorías, exigiendo que todas las listas partan del consenso y con integración de todos los sectores.
Se espera que el jueves, un día después de la oficialización de los frentes, se produzcan "movimientos fuertes" en la Legislatura bonaerense. Una importante fuente legislativa adelantó que habrá una "fuerte fractura" en un bloque debido a cómo jugaron sus actores en la interna del oficialismo provincial. La definición de la unidad peronista en Buenos Aires se juega en estas horas, entre negociaciones, tensiones y el reloj apremiando.