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EL DIARIO digital
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La esperada cumbre entre los presidentes Donald Trump y Vladimir Putin en Alaska ha finalizado su primera etapa, según un comunicado del Kremlin. La reunión, que se llevó a cabo en un "comité pequeño" con la participación de los secretarios de Estado, concluyó antes de lo programado.
El embajador de Rusia en EE.UU., Alexander Darchiev, afirmó que el ambiente de las conversaciones fue "positivo en general". Putin fue el primero en hablar en la conferencia de prensa conjunta, calificando las conversaciones como "constructivas". Durante su intervención, el líder ruso hizo un énfasis en la herencia histórica de Alaska, mencionando los nombres rusos de localidades y las iglesias ortodoxas, un comentario que puede generar inquietud en los ucranianos, dado su argumento de que Ucrania también es parte del "mundo ruso". Pese a ello, Putin aseguró que "siempre hemos considerado a la nación ucraniana como una nación hermana".
Por su parte, el presidente estadounidense, Donald Trump, se refirió a la reunión como "muy productiva", aunque fue cauto al señalar que no se llegó a un acuerdo para una tregua en Ucrania. "Tuvimos una reunión productiva, llegamos a algunos acuerdos, pero no en todos. Tenemos una buena chance de llegar a un acuerdo", aseguró el estadounidense. Putin también se refirió a la guerra en Ucrania como "una tragedia para nosotros".
La cumbre, que busca encontrar una salida diplomática al conflicto, continuará con más negociaciones para definir un posible camino hacia la paz.
El encuentro se desarrolló en un clima de máxima tensión. Trump, quien aceptó la reunión a sugerencia de Putin, ha dejado en claro que el diálogo podría ser breve si no se observan avances concretos. "Si es una mala reunión, terminará muy rápido; si es buena, vamos a conseguir la paz en un futuro muy cercano", declaró el mandatario estadounidense, quien estimó en un 25% las posibilidades de fracaso de la cumbre.
Trump estuvo acompañado por el secretario de Estado, Marco Rubio, y su colaborador Steve Witkoff, mientras que a Putin lo secundan el canciller Sergei Lavrov y el asesor de política exterior Yuri Ushakov.
La elección de la base de Elmendorf, la mayor instalación militar de EE. UU. en Alaska, tiene un alto valor simbólico, ya que fue un bastión clave en la vigilancia contra la Unión Soviética durante la Guerra Fría.
El presidente ucraniano, Volodimir Zelensky, no fue invitado a la reunión y ya ha rechazado públicamente cualquier presión para ceder los territorios ocupados por Rusia. Trump asegura que cualquier acuerdo final será definido en una futura reunión tripartita con él y Zelensky para "dividir" las zonas en disputa, aunque este planteamiento genera recelo tanto en Kiev como en varias capitales europeas.
Este es el primer encuentro cara a cara entre ambos líderes desde 2019. Sus objetivos en esta cumbre son claramente distintos: Trump busca un alto al fuego que le permita presentarse como un artífice de la paz, mientras que Putin aspira a aliviar la presión de las sanciones económicas occidentales y, según analistas, ganar tiempo para consolidar los avances militares en el terreno.