Columna ambiental: Hermoso frío

Desde el mes de mayo del corriente año se están presentando nevadas en las altas cumbres, evento que ha puesto por demás felices a los pobladores de las localidades aledañas por la posibilidad de tener una temporada de vacaciones de invierno con buena llegada de turismo. Esta noticia también nos pone muy contentos/as a las personas que vivimos en La Pampa, pese a no poseer centros de sky.

Si vemos los registros nivológicos (es decir, las medidas de cota de nieve) de los años anteriores, vamos a observar una marcada sequía. Esto era un problema no solo para el turismo de las provincias que cuentan con montañas, sino para el aprovisionamiento de agua, potable y para riego, de la nuestra.

En nuestra provincia contamos con tres ríos que tienen carácter nival, es decir, que se alimentan mayormente del deshielo de la montaña. Tales son el río Salado, el Colorado y el Atuel. Sobre este último, vale la pena resaltar que tras las modificaciones aguas arriba en la provincia vecina por la construcción de las presas Los Nihuiles, presenta un régimen invertido, es decir, en vez de contar con agua en primavera-verano (época de deshielo) tiene pulsos en invierno. Esto se debe a que el agua que recibe el río es de reúso por la mala eficiencia de riego en Mendoza. Explicado en otras palabras, supongamos que le damos 100 litros de agua a una planta que puede tomar solo 40 litros. Los 60 litros restantes van a evaporarse e infiltrar (ir al subsuelo). El agua subterránea se mueve, casi siempre en la misma dirección que el flujo superficial. Entonces, en algún momento, toca o intercepta el curso superficial, cuando esto sucede, el agua emerge. Descripto en terminología más técnica, la provincia vecina cuenta, en su mayoría, con regadíos por manto o inundación con un 40% de eficiencia de riego y, en la estación donde no se riega tanto, es decir, invierno, el agua almacenada en el subsuelo, luego de su lento desplazamiento, intercepta al cauce superficial, generando un régimen invertido.

Pero volvamos a la nieve, en el rango de años 2017-2018, se presentó en la Cordillera de Los Andes una nevada interesante que llevó a que, en diciembre del año 2018, en Algarrobo del Águila, se abriera la temporada de verano en el Arroyo de la Barda (único brazo activo del río Atuel). Quizás este año o el que viene, si nieva como este, podamos presenciar nuevamente la llegada del río en su carácter más natural.

Luego tenemos el río Colorado, límite con la provincia de Río Negro, manejada por el Comité Interjurisdiccional del Río Colorado (C.O.I.R.C.O.) y que aprovisiona de agua potable, a 44 localidades de La Pampa por medio del Acueducto del Río Colorado y para riego a la gran mayoría de localidades ribereñas. En los últimos años, este río se encontraba rozando la crisis hídrica, la cual se veía reflejado en los bajos niveles que presentaba el Embalse Casa de Piedra. En este se podían ver la formación de islotes y, en el año 2021, la cota del embalse era tan baja que ya no podía generar energía eléctrica. Hoy, el C.O.I.R.C.O., I.N.T.A. (Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria) y C.O.R.F.O. (Corporación de Fomento Río Colorado de Provincia de Buenos Aires) se encuentran expectantes por las nevadas que están ocurriendo ahora en la cuenca alta debido a que puede significar el fin de una sequía de varios años.

Pese a las diferencias políticas que se puedan tener entre provincias, debemos recordar que las cuencas y el ambiente todo van más allá de los límites políticos que hayamos impuesto como humanidad. Por esta razón, estamos felices por la nieve en las montañas, aunque no tengamos turismo y/o aunque tengamos un poco más de frío este invierno, porque en verano, cuando el calor nos achaque y los cultivos y la sed lo requieran, vamos a tener agua.

(*) Ingeniera en Recursos Naturales y Medio Ambiente. MPnº 365. Email: [email protected]