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EL DIARIO digital
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El último relevamiento de ventas de combustibles al público confirmó lo que se percibe en las estaciones de servicio pampeanas: el bolsillo ya no aguanta el ritmo de los aumentos.
En noviembre, la demanda total cayó un 6,5% interanual, reflejando una retracción que se siente con especial fuerza en las provincias donde el vehículo no es un lujo, sino una necesidad básica para conectar distancias.
Campo y el transporte
La cifra que más preocupa en el interior productivo es la del Gasoil Grado 2 (común), que sufrió un desplome estrepitoso del 18,6%. Para una provincia como La Pampa, donde el movimiento de la producción agrícola y el transporte de carga son el motor de la economía, este dato marca un enfriamiento directo de la actividad.
Mientras que los combustibles Premium lograron mantenerse estables con leves subas del 1%, la nafta súper cayó un 3,4%, lo que demuestra que el usuario medio está restringiendo el uso del auto particular o cargando lo mínimo indispensable para el día a día.
Un mapa en rojo
El informe revela que, de las 24 jurisdicciones, solo Formosa logró esquivar la tendencia negativa. En el resto del país, el panorama es sombrío, con caídas que en provincias vecinas y de la región superan los dos dígitos, como ocurrió en Córdoba (-13,7%).
En las estaciones de bandera de Santa Rosa y del interior pampeano, la caída de ventas se suma a la preocupación por los márgenes de rentabilidad.
Con un noviembre de 30 días y presupuestos familiares cada vez más exigidos, el "llename el tanque" parece haber pasado a la historia, reemplazado por cargas fraccionadas que apenas permiten cumplir con los trayectos esenciales.