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EL DIARIO digital
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Hace un año y medio que Magalí vive en distintos lugares de Australia con la visa de trabajo (working holiday), una experiencia de vida que eligen miles de jóvenes argentinos.
El ataque terrorista ocurrido en la Playa Bondi de Sídney, en un celebración judía, por parte de dos militantes yihadistas y que provocó 16 muertos y decenas de heridos, la encontró a la joven pampeana en Argentina, para participar del egreso de su hermana.
El golpe terrorista fue perpetrado por dos pakistaníes integrantes de ISIS. Para Magalí fue "shockeante" ver las imágenes de ese ataque terrorista en un lugar que le era tan familiar.
"Bondi Beach es un punto de referencia para los inmigrantes. Y la primer playa que conocemos en Australia es esa", le contó Magalí Otero Signorelli (29) al cronista de El Diario. "Es la playa a la que van todos los pibes, es icónica. Y había estado una semana antes ahí, visitando amigos", explicó.
"Ver las noticias por primera vez fue como .", relató para explicar el shock.
Está considerada una de las principales playas, muy concurrida por su extensión y proximidad a la ciudad. Lo que distingue a este escenario costero es el contraste entre la brutalidad del ataque y la legendaria tranquilidad australiana.
Australia es conocida mundialmente por su seguridad, un rasgo que, según Magalí, lo caracteriza. La vida cotidiana allí está marcada por una paz inusual: "Vos podés caminar en la calle tranquila y no te va a pasar nada. Vos podés olvidarte algo, o vas y te metés al agua, cuando volvés las cosas están en el mismo lugar".
Esa tranquilidad se hizo añicos con la noticia. Magalí describe la sensación de desubicación que sintió la comunidad: "Cuando pasó esto es como que te descoloca, digamos, un poquito de esa tranquilidad que uno sabe que existe en el país", confesó.
Al enterarse del incidente, su primer instinto fue verificar el bienestar de sus conocidos: "Lo primero fue empezar a escribirla en mis amigos, a ver si estaban todos bien los que yo sabía que podían haber estado allí o que podían tener conocidos ahí. Es una playa muy concurrida por nosotros", indicó.

La cercanía temporal del evento fue un golpe emocional: "Yo si me pongo a pensar, yo estaba hace una semana ahí. Entonces, increíble, como que te quedás, te deja helado".
Sídney, la ciudad donde se encuentra Bondi, es definida por Magalí como un lugar profundamente multicultural, formado históricamente a partir de la inmigración. En sus calles, los australianos nativos son minoría.
"Primero es un choque, porque somos muchos de otros lados, ves pocos australianos", señaló. La riqueza de la ciudad se manifiesta en los sonidos y los rostros: "escuchás latinos, escuchás gente de Asia, gente de Europa que hablan un millón de idiomas, ¿no? Entonces, sí es un país muy multicultural". Precisamente Australia es un país conformado por diferentes migraciones, como Argentina", subrayó Magalí.
"Somos bienvenidos como hay otras personas que no quieren a los inmigrantes", detalló.
En este contexto de choque cultural y de seguridad, la comunidad latina demuestra su fuerza. Magalí destaca la solidaridad: "Los latinos tenemos una muy linda comunidad. Vos podés estar solo, pero nunca estás solo porque siempre hay alguien", dijo.
Tras el ataque, esta red se activó rápidamente: "Empecé a ver en los grupos que te mandan como que necesitan ayuda, empiezan a como activar líneas de emergencia, digamos". Para Magalí, esta red es "súper importante, hace que uno esté lejos de casa, pero no se sienta nunca lejos de casa".
Magalí dice que los grupos de las redes sociales, Whats App y Facebook, son muy potentes. Sirven desde orientar a los que llegan al país hasta para juntarse a tomar mate en un lugar.

Estar en el lugar
Magalí, apenas llamó a sus amigos, conoció de cerca las experiencias de terror. La novia de un amigo chileno, por ejemplo, sí se encontraba allí. El incidente ocurrió cerca del Bondi Pavillion, un edificio próximo a la playa. La confusión inicial fue tremenda, ya que los primeros ruidos fueron confundidos con festejos. "Al principio pensaron que eran fuegos artificiales porque todo el tiempo se tiran fuegos artificiales".
"Ya sabía que él regresaba a Chile ese domingo. Pero la novia estaba en la playa", dijo la pampeana.
Pero la realidad pronto se impuso: "Fue uno y después fueron dos, tres y ya no son fuegos artificiales. Entonces por lo que dijeron ahí fue como bueno, a correr". La novia de su amigo tuvo que "esconderse como en la garita del guardavidas" hasta que los disparos cesaron.
El pánico se apoderó de la gente que corría "dejando, dejando todo, o sea, no nada de agarrar tus cosas era correr y salvarte, salvarte por tu vida". La desesperación era producto de la incertidumbre: "No sabíamos ni de dónde ni de cuándo, ¿viste?", dijo.
El ataque, ocurrido en un lugar "tan abierto, tan público, tan concurrido", dejó a Magalí reflexionando sobre la vulnerabilidad, incluso en un país que respeta la diversidad: "He conocido gente de un montón de países con un montón de culturas y religiones distintas, pero nunca me imaginé que podía suceder como una cosa de este estilo".
La palabra que resume su impresión sobre la tragedia fue el "pánico, porque no podía dejar de pensar en la gente que estaba ahí sin saber qué pasaba".
Magalí que vivió en Townville, Sidney, entre otras ciudades- realizó diversos trabajos, para mantener su visa. Trabaja "en cualquier cosa en inglés de día" y después tiene algunas pacientes online, lo que es limitado por la diferencia horaria.
La joven sicóloga cuenta que su experiencia de convivencia en Australia y el impacto por el ataque ante la consulta si se percibe esa fricción religiosa.
"Me llevé una sorpresa, porque he conocido gente de un montón de país, y de religiones distintas. No me imaginé que podía pasar una cosa así. Porque hay mucho respeto hacia el otro. No he visto eso en la calle, es muy respetuosa. Me ha dejado helada. Nunca imaginé que podía pasar. Y que podía pasar en un lugar así, tan público, tan concurrido", afirmó.
Magalí no pudo evitar pensar lo que hubiera sufrido su familia si ella hubiera estado en Australia o en la misma Playa Bondi. "Cuando pasan esas cosas uno piensa 'no, no me va a pasar a mi'. Y yo estuve ahí una semana antes! Te deja helado", resaltó.
Ahora Magalí va a regresar a Australia. Renovó el pasaporte y tiene un año más para utilizar la visa.