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EL DIARIO digital
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General Pico (Agencia) Tras el último episodio de maltrato hacia una mujer, uno en decenas de los cometidos por el presidente de la cooperativa piquense contra trabajadores y personal jerárquico, Marcelo Padrones se fue este miércoles por la puerta trasera de Corpico. Quienes lo sostuvieron todo este tiempo le permitieron presentar una licencia hasta el final de su mandato, en lugar de redactar su renuncia al cargo por motivos que avergüenzan a una entidad que públicamente se sumó a todas las luchas de respeto, convivencia y no violencia, no solo para con las mujeres sino con todo el personal de la cooperativa.
Tal como adelantó El Diario, el pasado martes fue un día de frenéticas negociaciones para buscar puertas adentro de Corpico una salida al nuevo escándalo de maltrato del presidente de la institución, que solo un medio piquense parece haberse enterado a pesar que la situación circuló en redes durante todo el fin de semana largo.
Luego del ataque con descalificaciones y calumnias que tuvo lugar la semana pasada contra la síndico de la cooperativa, Marisa Impaglione, el martes a la mañana a Padrones lo esperaron en el Consejo de Administración para que dé explicaciones y analizar los pasos a seguir que, luego de la renuncia de Horacio Arrizabalaga por el mismo motivo, muchas alternativas no cabían en este caso.
Si bien hasta el momento muchos detalles de esa reunión no trascendieron, El Diario pudo recoger testimonios que dan un contexto a lo ocurrido. Según indicaron a este medio, una vez sentado frente al resto de los consejeros, Padrones se comportó como la mayoría de los reos acusados de violencia de género lo hacen frente al juez que está por dictar su sentencia: negó los hechos.
Lejos de admitir que maltrató a una mujer, el ya ex presidente consideró que se trató de "una discusión más de trabajo". Y en esa postura se plantó hasta que presentó su pedido de licencia, que al parecer previamente había avalado su grupo de consejeros seguidores, y se retiró de la reunión.
El debate de consejeros continuó ya sin la presencia del ex presidente agresor y se centró en dos posturas y bandos bien definidos, quienes impulsaban la coherente y dolorosa medida de la renuncia y, por otra parte, los consejeros que intentaban proteger a su compañero y buscar una salida que dibujara de alguna manera la renuncia, que era la licencia sin goce de haberes hasta el final de su mandato, en octubre de 2023.
A pesar que las fuentes consultadas reusaron por ahora brindar los nombres, este medio pudo establecer que primó la minoría mínima de aquellos que sostuvieron y le permitieron sus manejos durante los últimos, para abrirle la puerta de atrás de la cooperativa y que Padrones se retire sin presentar su renuncia.
La huida fue casi un calco a la que años atrás Padrones protagonizó junto a su socio político y quien por estas horas se prueba el saco de presidente de Corpico, Miguel Prieto, cuando ambos irrumpieron en el club Costa Brava para mostrarse como dupla política y en poco tiempo dejaron a la institución sumida en una de sus peores crisis. Cuando un grupo de socios advirtió que se venían drásticas consecuencias por los desmanejos, Padrones y Prieto huyeron en búsqueda de otra guarida.
En definitiva, Padrones se retiró de Corpico fiel a sus principios. Quienes convivieron durante las casi dos décadas que permaneció atornillado a uno de los sillones de Consejo de Administración, recuerdan aún una célebre frase que repetía y respetó hasta su último día: "yo de problemas no hablo". Jamás se pudo ver y escuchar a Padrones públicamente hacer referencia a un conflicto de la entidad, siempre se escudó detrás de oro consejero que en su momento dio la cara. Esta no iba ser la excepción.
Sin el sueldo de consejero y presidente, cuyos importes el propio Consejo de Administración disfraza y no da a conocer claramente a delegados y asociados desde hace algunos años, se desconoce qué será del futuro del hombre a quien se le conoció como único antecedente laboral para llegar al cargo que llegó, haber vendido libros. Algunos apuestan a que intentará buscar conchabo en algunos de los tantos resortes políticos cercanos al oficialismo que se encargó de adorar en los últimos tiempos, aunque las mismas fuentes advierten el riesgo que para la eventual agrupación política representaría sumar a sus filas a un hombre que el poder parece lo transforma en violento.