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EL DIARIO digital
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Durante el emotivo espectáculo de "La Despedida", que marcaba el fin de la trayectoria de 48 años de la banda, el fundador y director Naldo Labrín tomó la palabra para denunciar la situación que el grupo debió afrontar a último momento, pese a haber contratado la sala hace meses.
Labrín reveló que la producción del show se vio obligada a pagar un canon obligatorio de $900.000, un monto que no estaba previsto en la planificación inicial. Aunque el director aclaró que el grupo no esperaba gratuidad por el uso de la sala, manifestó su "rechazo" por la exigencia imprevista, generando una situación de profunda incomodidad en el auditorio.
Además del canon, la banda tuvo que hacerse cargo de manera urgente de la contratación de un iluminador y otros elementos necesarios para la puesta a punto del escenario.
Solidaridad y sabor a poco
El show, donde Labrín había expresado que "no es por casualidad que nuestra última presentación sea en La Pampa" debido al profundo vínculo de afecto con el público local, se desarrolló con una sala que no estaba llena, pese al valor de la entrada de $20.000. La denuncia de Labrín generó un acto de solidaridad espontánea por parte del público presente.
La situación contrasta fuertemente con la calidez con la que Sanampay siempre se sintió recibido en la provincia, lo que dejó un sabor agridulce en el cierre de la historia de la banda, un referente de la música folclórica y la nueva canción de América Latina.