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EL DIARIO digital
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La denuncia por abuso sexual radicada por Sabina Safenreider contra el padre de sus hijos, el exconcejal de Guatraché Alejandro Flatt, ingresó en una fase crítica. La madre fue notificada sobre la inminente decisión de archivar la causa, y ahora dispone de solo cinco días hábiles (contados a partir del jueves) para presentar argumentos que eviten el cierre de la investigación.
La desesperación de Safenreider radica en que, mientras los testimonios de sus hijos y las evidencias que aportarían a la causa son, según ella, descartados o descalificados, el padre de los menores permanece sin acusación formal. Flatt, por su parte, sostiene que la causa no avanza porque "la causa demuestra la falsedad de la denuncia".
Tras hacer pública la situación, la defensora Nydia Conde notificó su renuncia a la defensa de Safenreider, aunque días después revirtió su decisión. Sin embargo, la madre sigue enfrentando obstáculos en el proceso.
Safenreider reveló haber enfrentado inconsistencias al intentar obtener información de la Fiscalía, donde le indicaron que "defendían a los chicos, no a los adultos", limitando el acceso a los detalles de la investigación.
Un punto de fricción central con la defensora es la negativa a aceptar un perito de parte para intervenir en la pericia caligráfica. La defensora argumentó que su oficina "se maneja solo con organismos oficiales", bloqueando la posibilidad de una segunda opinión profesional.
La polémica de la carta y los hijos

El exconcejal Alejandro Flatt rechazo acusado por el abuso de sus hijos por su ex-esposa.
El punto de quiebre en la causa penal es la autenticidad de una carta escrita por su hija (actualmente de 11 años) en mayo de 2024, que detalla los hechos de abuso y los momentos difíciles vividos con su padre. Safenreider explicó que la niña le entregó el escrito como una forma de "sacar el dolor".
No obstante, la pericia caligráfica determinó que el documento de dos carillas y media fue escrito por dos personas. Safenreider niega categóricamente esta conclusión y reclama que se realice una pericia caligráfica a su propia hija lo que nunca se hizo o que se someta la carta a un peritaje independiente. La madre enfatizó que esta conclusión le quitó muchísimo valor a toda la causa.
Safenreider también defendió su actuar ante el argumento de la Fiscalía de que supuestamente manipula a sus hijos. Reconoce que les pide que hablen: "Yo les digo a los chicos, 'Por favor, decíselos a los diferentes organismos que te están ayudando'", argumentando que son los profesionales (psicólogos, asistentes sociales, Juzgado de Familias, Niñez y Adolescencia) quienes pueden asistirlos. Cuestionó, además, que la causa civil (tenencia) diga que sus hijos están bien con ella, mientras la causa penal sugiera manipulación.
Otro elemento que la alarma es que la declaración de sus hijos sería descalificada por su "lenguaje amplio", producto de haber estado siempre en contacto con adultos.
La madre indicó que un indicio físico que la alarmó profundamente tras la separación de 2023 fue la negativa de los niños a bañarse, un acto que vinculó a los supuestos abusos que, según el testimonio de la niña, ocurrían en el baño.
El riesgo del archivo es inminente, lo que significaría que la restricción que protege a sus hijos se terminaría. La madre, con profunda frustración, sigue luchando para que la Justicia escuche la evidencia y el dolor que, según ella, quedó plasmado en la carta de su hija.