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Carta del lector: el peatón embestido  

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EL DIARIO digital

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En el día de hoy, alrededor del mediodía, un compañero de trabajo me reenvió el enlace a la siguiente noticia: "Peatón embestido: ordenan una indemnización mayor". El título, por demás gráfico, resalta y hace énfasis en dos acciones que me gustaría desarrollar.

"Peatón embestido". Se desprende de la acción de embestir, que según la RAE significa: "lanzarse con ímpetu contra una persona o cosa hasta chocar con ella". En mi caso, fui chocado con ímpetu, y para agregar un dato de contexto: a más de 60 km/h.

Estar vivo después de eso es, por un lado, cuestión de suerte, milagro o destino; y por otro, el resultado directo de la rapidez, eficacia, calidad y calidez humana del equipo del Hospital Lucio Molas. El cuidado con el que me atendieron durante los días en terapia intensiva y luego en terapia intermedia fue vital para la recuperación del cuerpo y del alma. No fue magia. Fueron políticas públicas. Fue salud pública con profesionales de excelencia.

Quiero destacar especialmente esa calidez humana. Dado que mientras escribo esto, veo cómo la noticia del "peatón embestido" ya fue desplazada por otras y, seguramente, mañana será solo una anécdota: la del peatón que recibió una suma irrisoria por haber sido embestido por un conductor irresponsable. En esta era de la digestión fugaz de noticias lo posible compite con la actualización urgente.

El algoritmo es macabro, le gusta la novedad que disipa la emotividad y la potencia de lo posible. 

Por eso resaltar la calidez humana es aún más urgente.

Aunque el título remarca "ordenan una indemnización mayor", lo cierto es que no hay monto que repare el hecho. Dinero ofrecieron desde el comienzo, incluso durante el juicio, y fueron cifras tan absurdas que hasta me da vergüenza escribirlas. Dejo eso a la imaginación del lector.

Si aguanté hasta acá, a días de cumplirse 6 años del hecho, claramente no fue por dinero. Fue porque detrás bancando está mi familia, mi compañera de vida, amigos/as, compañeras/os de trabajo; pues que sería de nosotros sin esa red que nos sostiene. Fue porque tengo la fuerte convicción de que dejar un antecedente es una forma de aportar para que casos similares, en el futuro, se resuelvan con mayor rapidez y justicia.

Sin mucho más que agregar, cierro con una frase de un ídolo de mi infancia:  

"Todo no se compra, todo no se vende."

Rios Suarez, Lucas Andrés

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