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EL DIARIO digital
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Sin embargo, un dato saliente emerge de los análisis y reportes periodísticos: La Pampa, por el momento, parece consolidarse como un punto ciego en la estrategia del Gobierno Nacional para la construcción de acuerdos electorales, un hecho que redefine el panorama local y nacional.
Mientras la Casa Rosada y La Libertad Avanza (LLA) tejen complejas redes de acuerdos en diversas provincias, la mirada hacia el territorio pampeano no parece ser prioritaria.
Un reciente informe difundido por el sitio digital Infobae, que detalla las jurisdicciones donde el oficialismo ha puesto el foco para sellar alianzas con los gobiernos de turno, notablemente omite a La Pampa de esa lista de interés. En ella figuran nombres como Rogelio Frigerio en Entre Ríos, Alfredo Cornejo en Mendoza, Leandro Zdero en Chaco, Marcelo Orrego en San Juan, Raúl Jalil en Catamarca y Claudio Poggi en San Luis. La ausencia de la provincia en esta enumeración es un indicio claro de que, por ahora, las grandes mesas de negociación se articulan en otras latitudes.
Escenario
Esta omisión no es un dato menor. Sugiere que, en el ajedrez de las alianzas nacionales, el territorio pampeano no está siendo considerado un terreno fértil para la expansión directa o la cooptación de fuerzas locales por parte de la LLA.
De todos modos, el flamante presidente de La Libertad Avanza (LLA) en la provincia, Adrián Ravier, ya había dejado en claro sus exigencias a los dirigentes de la UCR y del PRO que, en los últimos días, lo sondearon con la mira puesta en conformar un frente electoral para las elecciones legislativas nacionales de octubre. Lejos de cualquier concesión, Ravier sentó las bases de lo que algunos interpretan como una postura de sometimiento: la alianza deberá adoptar el sello de La Libertad Avanza, el color de la boleta será el violeta, y un libertario -una lectura unánime en el mundillo político apunta a que él mismo aspira a ese lugar- deberá encabezar la lista.
Para el escenario político pampeano, esta aparente desconexión con la estrategia central de alianzas del Gobierno Nacional genera un dilema. Aquellos sectores que quizás esperaban un guiño o un respaldo directo desde la esfera federal, se ven ahora obligados a replantear sus propias jugadas, buscando acuerdos internos o consolidando sus propuestas de manera autónoma.
En definitiva, mientras el calendario avanza inexorablemente hacia el 7 de agosto, fecha límite para la presentación de alianzas, La Pampa se perfila como un distrito donde las batallas por las bancas legislativas se librarán con dinámicas y lógicas predominantemente locales. La falta de mención en los análisis nacionales sobre provincias clave para alianzas, refuerza la idea de que La Pampa, por ahora, seguirá su propio camino electoral, lejos de los grandes pactos que busca sellar el Gobierno.