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EL DIARIO digital
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Leandro Villalabeitia, un vecino de la localidad de Uriburu, no tenía planeado convertirse en pieza clave de un operativo policial, pero este jueves por la mañana, mientras transitaba por la intersección de las rutas Nacional 5 y Provincial 1, entre Lonquimay y Uriburu, su instinto, su memoria y su decisión permitieron el hallazgo y recaptura de Luis Villagra, el recluso prófugo de la Unidad 4 del Servicio Penitenciario Federal en Santa Rosa, el lunes pasado.
"Eran las 8.05 de la mañana, y vi una patrulla de Abigeato detenida en el cruce", relató Villalabeitia en diálogo con LU 100. "A unos 200 metros más adelante, una persona se me cruzó caminando solo. Fue automático: se me prendió la lamparita y pensé que podía ser el prófugo", añadió.
El vecino intentó llamar al 101, pero en esa zona no había señal de celular. Volvió hacia la patrulla y les contó lo sucedido, pero los policías se pasaron de largo del lugar donde vio al sospechoso. "Entonces puse las balizas, pegué la vuelta y me detuve más o menos donde lo había visto. Cuando pasó la patrulla, hice señas de luces y les avisé que el hombre podría estar escondido en los olmos cercanos. Los policías se metieron en la zona y lo fueron a buscar", indicó Villalabeitia.
Pocos minutos después, ya en Uriburu, Leandro se enteró que Villagra había sido detenido. La confirmación oficial llegó con un llamado de la Subcomisaría local y más tarde con un agradecimiento directo del jefe de la Policía de La Pampa, Claudio Cano.
Leandro Villalabeitia vio al prófugo y dio el aviso a la policía.
Villagra, acusado de homicidio y robo, se había fugado el lunes por la tarde de la Unidad 4 y desde entonces la policía mantenía un operativo de búsqueda ininterrumpido en toda la zona. Según trascendió, la noche anterior al hallazgo, un productor rural denunció que un hombre desconocido le preguntó cómo llegar a la Ruta 5, asegurando que estaba perdido. Ese dato terminó siendo clave para orientar el rastrillaje hacia el cruce donde finalmente fue recapturado.
La policía de La Gloria, a cargo del jefe Lemos, había trabajado durante toda la madrugada en la búsqueda, intensificando los controles y movilizando patrullas rurales. Fue en ese contexto en que Leandro Villalabeitia se topó con el prófugo.
"No tuve ninguna duda de que era él. Me salió de adentro, sentí que tenía que hacer el aviso. No tenía miedo, hago defensa personal, practico karate, y eso me dio coraje", puntualizó el vecino en el diálogo radial.
Leandro, de 56 años, casado y con dos hijas, carga con una historia dolorosa que le da un sentido aún más profundo a su acción. "Hace 21 años, mi hermana fue asesinada. Un hombre entró a su casa, la violó, la apuñaló, le robó la tarjeta y se fue al casino. La mató como un perro. Por eso, más allá de las cosas que me pasaron, yo no dudé. Quise colaborar", expresó el vecino y valoró el profesionalismo de las fuerzas pampeanas: "La policía de La Pampa se portó muy bien y atrapó al asesino. Por eso ahora me pone contento que me haya llamado el jefe Cano. Lo hice por convicción, no por reconocimiento, pero que lo valoren también reconforta", completó.
Así, gracias al compromiso de un ciudadano y a un operativo policial sostenido, la provincia cerró con éxito la recaptura de un prófugo peligroso, evitando posibles nuevos riesgos y reforzando el valor del trabajo en conjunto entre la comunidad y las fuerzas de seguridad.