Escuchá esta nota
EL DIARIO digital
minutos
En pleno invierno, con las temperaturas descendiendo por debajo de los cero grados, un joven de tan solo 22 años, sin familia, duerme a la intemperie en un refugio improvisado con unas chapas viejas al lado de las vías del ferrocarril en Realicó, donde está domiciliado desde hace tres años.
Sin techo, sin calefacción, sin agua ni comida asegurada, Jesús Bringas vive cada día aferrado a una esperanza: conseguir un trabajo para salir de la calle por sus propios medios.
Según contó al portal InfoTec, el muchacho, originario de Buena Esperanza, San Luis, llegó a Realicó hace tres años, donde formó una pareja, pero tras separarse se quedó sin un lugar donde vivir y desde entonces sobrevive como puede, sin familiares ni redes de contención en la localidad.
Hoy, su "casa" es una estructura precaria de cuatro durmientes y chapas armada con materiales descartados que le donaron algunos vecinos. Su cama es un elástico viejo rescatado del basurero y una frazada es todo su abrigo frente al crudo clima invernal pampeano.
"Una oportunidad"
Durante la entrevista realizada por el diario digital realiquense, el joven relató con sencillez y humildad su situación. "No quiero que me regalen nada. Solo pido una oportunidad de trabajo para poder tener lo mío, ganarme las cosas con mi esfuerzo", expresó.
Contó que ha trabajado como ayudante de albañil, en tareas de parquero, limpieza de terrenos y changas varias. "Lo que haya para hacer, se hace", dijo con firmeza, sin pedir caridad, solo una posibilidad mediante un trabajo.
Jesús también aseguró que acudió en busca de ayuda a diferentes áreas del Estado -como el municipio y Desarrollo Social- pero no recibió respuestas concretas. "No me pudieron ayudar", resumió con resignación.
"Su situación de vulnerabilidad extrema contrasta con la imagen de una comunidad como Realicó, donde estas realidades suelen pasar desapercibidas, hasta que se visibilizan", destacó la crónica de InfoTec, que agregó que "su historia interpela. Interpela a quienes pueden tenderle una mano, ofrecerle una changa, un empleo, una oportunidad. Porque nadie debería vivir bajo una chapa en pleno invierno. Porque un joven de 22 años merece al menos una chance".
Jesús se encuentra en una zona fácilmente localizable: a metros de las vías del tren, en avenida San Martín entre Paraguay y Moreno, detrás de la vivienda de una conocida familia apicultora local. Quienes deseen colaborar -fundamentalmente con trabajo o bien con alimentos, ropa, frazadas o cualquier forma de ayuda- pueden acercarse directamente al lugar y así conocerlo.