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EL DIARIO digital
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Ros Ramírez, sobre quien pesaba un pedido de captura internacional, había logrado escapar cerca del 8 de enero de 2018. Su huida fue posible gracias a una demora de varios días en la notificación del pedido de detención por parte de la Justicia pampeana, luego de que la Corte Suprema de Justicia de la Nación le cerrara todas las chances de revertir su condena a fines de 2017. Ese lapso fue suficiente para que el "Chino" se desvaneciera del mapa.
Cumpleaños 42
Los pormenores de la captura del "Chino" Ros en la ciudad fronteriza entre Uruguay y Brasil fueron revelados por las autoridades políticas y judiciales de La Pampa. El domingo 20 de marzo de 2022, un dato crucial surgió de las escuchas telefónicas sobre sus familiares: los saludos por su cumpleaños número 42 permitieron ubicar el lugar donde se encontraba en la clandestinidad.
El prófugo pampeano estaba en la ciudad de Santana do Livramento, en Brasil, una localidad que está separada por una avenida de la ciudad uruguaya de Rivera. Ros trabajaba en el Hotel Palace, ubicado en la ciudad brasileña, a solo cuatro cuadras de esa avenida, desempeñando tareas de cocinero un oficio que también practicaba en la rotisería de su padre en Santa Rosa y de mantenimiento.
El momento de la captura fue preciso y contundente. "¡Chino!", le gritó el entonces jefe de la policía pampeana, comisario Daniel Guinchinao, cortándole el paso en plena calle. Al mismo tiempo, el jefe de la Brigada de Investigaciones, Horacio Cabrillana, ya estaba a su lado, apoyó su mano en el hombro derecho y le dijo: "Ya está, Chino. Ya está". Eran las 19:30 horas del martes 22 de marzo, y el propio Ros supo en ese instante que su suerte se había acabado.
Para sorpresa de los efectivos, al momento de la detención, Ros llevaba un bolso con pertenencias, incluyendo su DNI original, lo que sugiere que ni siquiera habría estado utilizando una identidad falsa durante su fuga. La fiscal Cecilia Martiní confirmó que la información clave provino de las escuchas y la intervención informática dispuesta por la Justicia.
Captura compleja
La detención de Ros no fue sencilla, y el ministro de Seguridad pampeano, Horacio Di Nápoli, explicó las complejidades que enfrentaron los jefes policiales pampeanos. "Fueron sin armas, porque iban a otro país", aclaró Di Nápoli. Dada la existencia de la alerta roja de Interpol, los efectivos se comunicaron con la agencia internacional, pero decidieron no hacerlo con la Policía Federal Argentina por motivos de desconfianza. Esta decisión, sin embargo, fue uno de los factores que demoraron la posterior extradición.
"Una vez que estuvieron en Rivera, lo vieron (a Ros) caminando en la calle. Y se comunicaron con la Policía de Rivera. Nosotros no podemos detener a una persona en el extranjero. Se presentaron y les dijeron que había un alerta roja", admitió el ministro pampeano. Los policías de La Pampa tuvieron que demostrar su identidad en la comisaría y comunicarse con la fiscalía de Martiní para corroborar la legalidad de su misión. Una vez que la Policía uruguaya dio el visto bueno, los efectivos pampeanos desplegaron el operativo de captura con el respaldo de la logística charrúa. El "Chino" Ros comenzó así sus días de prisión en tierras orientales.