La Pampa

"Le arruinaron la vida a toda mi familia"

A siete meses de la muerte de los dos operarios en una cloaca de Santa Rosa, Laura Avecilla, madre de uno de los fallecidos, difundió un video donde reclama justicia y apunta contra los directivos de la empresa.

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EL DIARIO digital

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El martes 22 de octubre de 2024, a las 13 horas, dos empleados de la empresa Vial A murieron cuando realizaban una obra cloacal en la esquina de Jujuy y Río de la Plata, en el norte de Santa Rosa. Según se ha determinado, no contaban con máscaras de protección y los afectó un gas tóxico conocido como sulfuro de hidrógeno.

La investigación determinó que Claudio Olgado, de 24 años de edad, bajó al sistema cloacal y se mareó por los gases tóxicos. Su compañero Ezequiel Uriarte, de 27 años, intentó rescatarlo, pero también fue afectado por esos gases.

Para el rescate de ambos, fueron convocados los bomberos. Ambos trabajadores fueron internados en el Hospital Favaloro. Esa misma tarde se confirmó la muerte del joven de 24 y un día después la de su compañero de 27.

Este jueves, a 7 meses del trágico hecho, la madre de Claudio Olgado, Laura Avecila, difundió un video a través de sus redes sociales donde reclamó justicia y criticó a los propietarios de la empresa donde trabajaba su hijo.  

"Hace 7 meses mi hijo perdió la vida por culpa de la empresa Vial A S.A. quien no le brindo las medidas de seguridad. Le arruinaron la vida a toda mi familia", expresó la mujer.

"Ese día a mi hijo lo viene a buscar a Pablo Andrade en su camioneta a las 9 y monedas. Mi hijo se despide, 'vieja después nos vemos...' y se fue a trabajar, en un día soleado", relató la madre de una de las víctimas. 

"Lo mandan, no sé quién, pero una orden hubo. No sé quién fue, él no se mandaba solo. Lo mandan a sacar un tapón en la calle Jujuy y no recuerdo la otra calle, en una alcantarilla, un espacio confinado. Lo mandan con su compañero Ezequiel Uriarte, a ellos dos solos, no los acompaña nadie y ellos no estaban capacitados", agregó.

La mujer contó que "hacía varios días que ese tapón estaba puesto así que imagínense lo tóxico que era eso. A mi hijo lo mató en el acto, no tuvo chance de nada, los gases tóxicos me lo mataron. Su compañero Ezequiel, al ver que mi hijo se había desvanecido, se metió a sacarlo, porque ni siquiera una soga tenían".

Muy conmocionada, Laura resaltó que "no estaba ni el capataz Paulo Andrade ni Yamil Arena, el de seguridad e higiene, ni la ingeniera Florencia Ortíz ni siquiera el inspector del APA. Mi hijo y Ezequiel murieron solos"

"Solo pido justicia -continuó-, a mi hijo no lo tengo más, lo tengo que ir a visitar a un cementerio. Le arruinaron la vida a toda mi familia. La empresa Vial A S.A. no fue capaz de llamar, son personas inhumanas, junto a sus empleados. Yo tuve que ir a reconocer el cuerpo de mi hijo ese 22 de octubre, ese día soleado que se me hizo de noche".

Laura insistió en que "solo pido justicia: a la jueza Florencia Maza, al fiscal Torino que esto no quede así, porque yo no me voy a callar. Acá están pisoteando al Estado, son corruptos y cuando hay plata cajonean. Esta gente tiene que pagar por lo que hizo, por no brindar las medidas de seguridad ni acompañar a mi hijo y a Ezequiel a un trabajo para el cual no estaban capacitados. Nadie en esa empresa, de todos los que estaban trabajando, estaban capacitados para trabajar en un espacio confinado. El señor Andreatta, junto con el Estado, me robaron lo más preciado de mi vida, la vida de mi hijo".

Finalmente, Laura Avecilla lamentó que, a su hijo, "no lo vi triunfar, no voy a ver que me dé un nieto. Todos los días de mi vida son un dolor que tal vez tengo que esconder porque tengo a mi hijo más chico, Claudio tiene tres hermanos más y no puedo estar así todo el tiempo, me tienen que ver fuerte, pero sepan que arruinaron a toda mi familia". 

La causa

En la causa que investiga el fiscal Andrés Torino hay dos imputados: el capataz Pablo Andrade y el responsable de Seguridad e Higiene, Yamil Arena. Ambos fueron formalizados a mediados de diciembre de 2024.

Según la hipótesis de la investigación, el capataz Andrade ordenó a los dos trabajadores que bajaran a sacar dos tapones de las cloacas. El operario calificado para la tarea ese día faltó porque tenía que cuidar a un familiar y ya declaró como testigo en la justicia.

Las dos víctimas ese día habían llegado tarde al trabajo. Y Andrade los habría obligado a realizar la tarea, a pesar de que no estaban calificados para ello. En un primer momento, los operarios se habrían negado, pero finalmente cedieron y bajaron a la cloaca.

Además, en el lugar no había elementos de protección, según confirmó la investigación judicial. 

Las familias de los dos operarios fallecidos han realizado varias marchas en reclamo de justicia, en distintos puntos de la ciudad.

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