Escuchá esta nota
EL DIARIO digital
minutos
La eutanasia de un perro con una grave afección intestinal derivó en un grave episodio de violencia de una conocida veterinaria de la capital pampeana.
Todo ocurrió el sábado a la noche en el local de "Border", ubicado sobre la avenida Uruguay, pero trascendió recién este martes.
El hecho de violencia fue de tal magnitud que tuvo que intervenir la policía, que -posteriormente- inició actuaciones de oficio.
Además, el Colegio Médico Veterinario repudió el episodio y se solidarizó con las "víctimas de estas inaceptables acciones".
"Cuerpo extraño"
El propietario del animal es un menor de edad, que llegó el lunes a la tarde a la veterinaria acompañado por su hermano mayor, que fue quien le regaló el perro.
El can, un Pitbull mestizo de unos 10 años, tenía un "cuerpo extraño" desde hacía cuatro días en el intestino, que comenzaba en el estómago y terminaba en el colon.
"Tenía una lesión intestinal muy grave y había que remover más del 80 pro ciento del intestino... este cuerpo, que era como un hilo largo, plástico, había dañado casi todo el intestino", reveló el médico veterinario Jorge Giunta, uno de los propietarios del local, ante una consulta de El Diario.
Y contó que "la eutanasia se decidió, o la decidieron ellos, en conjunto con el criterio médico". Sin embargo, por la noche, cuando vinieron a retirar el cuerpo del animal, se generó el incidente.
"A la tarde hablé con él (en referencia al hermano del menor), el perro ingresó, se llamó al ecografista, hicimos la cirugía previa (donde descubrieron el "cuerpo extraño), pasamos los costos y accedieron... hasta realizaron el pago", agregó Giunta.
"Pero cuando llegaron a la noche a querer retirar el perro, lo hicieron hablando mal, que el perro estaba en una bolsa, tratando mal al veterinario que estaba de turno, se dieron situaciones de violencia y tuvo que venir la policía. Finalmente, se fueron con el animal", completó.
Giunta también explicó que el animal estaba adecuadamente depositado en una bolsa de residuos patológicos, en base a una disposición municipal.
- ¿Durante el proceso de atención del animal nunca hubo reclamos?, le consultó este diario a Giunta.
- Todo lo contrario, porque estuvimos varias horas de la tarde con el tema... incluso dijeron que venían de varias veterinarias porque el perro no lo quería atender porque era agresivo. Como nosotros no vendemos bozal, incluso fueron a comprar uno. De todos modos, el perro nunca demostró violencia. Fueron siempre muy colaborativos, pero a la noche no sabemos qué les pasó que llegaron así a reclamar por el animal.