El lunes se tratará la Ley Bases acotada, habrá sorpresas y una sesión tensa
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EL DIARIO digital
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La Pampa esperaba, a precios de fines del año pasado, alrededor de $1.000 millones del subsidio al transporte. Así al menos quedó reflejado en las planillas oficiales que el Ejecutivo diseñó para adjuntar al proyecto de presupuesto.
En el ítem destinado a los fondos recibidos por el Sistema Integrado de Transporte Automotor (SISTAU), el Ministerio de Hacienda y Finanzas a cargo de Guido Bisterfeld apuntó la expectativa de que llegaran $993.600.000 como parte de los aportes no reintegrables.
El SISTAU es el sistema por el cual el gobierno nacional transfería por la Administración Pública a empresas o consumidores para permitir que determinados servicios sean provistos a un costo inferior al necesario para cubrir los costos de producción. Las transferencias se explicaban con dos objetivos principales: fomentar el acceso a esos bienes o servicios por parte de segmentos específicos de la población e impulsar el desarrollo de sectores productivos determinados.
De alguna manera, La Pampa preveía que este recorte podía darse si Javier Milei llegaba al gobierno. Por eso el Ejecutivo tramó dos presupuestos: uno para "crecer y producir", si ganaba Sergio Massa, y otro para "resistir" si como finalmente ocurrió triunfaba Milei.
La motosierra sobre el transporte es una forma de venganza por parte del gobierno nacional, después del fracaso de la Ley Ómnibus. El gobernador Sergio Ziliotto aseveró que es "otra muestra más del ataque al federalismo". Y anunció: "Vamos a defender nuestro patrimonio y si tenemos que ir a la Corte lo haremos".
El jefe del Ejecutivo pampeano reprochó la decisión nacional y afirmó que "estamos analizando el tema con otros gobernadores con los que estamos en contacto, más allá de procedencias e ideologías".
También el intendente de Santa Rosa Luciano di Nápoli salió con los tapones de punta contra la medida: "es ilegal y extrema para el bolsillo de millones de argentinos, una decisión desquiciada, una locura, un plan de ajuste criminal; un atropello contra el federalismo y contra el pueblo, a modo de revancha por la derrota en el Congreso".
Ziliotto evaluó además que el ataque de Nación unifica el frente de gobernadores: "Lo que más nos une es el respeto que tenemos de nuestra representatividad popular. A veces parece que el único que tiene votos es el presidente, pero no hay un voto calificado y resulta que los votos del presidente son mejores y los votos de los gobernadores son de segunda. Lo mismo ocurre con los legisladores".
"Nosotros aspiramos a la racionalidad, y creo que esa racionalidad la puso el Congreso. Estamos en las antípodas de los objetivos que persigue la Ley Ómnibus. Mi mandato popular es defender a La Pampa, a pampeanos y pampeanas. Tenemos la ventaja de que no tenemos tanta dependencia como otras provincias", insistió. "Pretenden tener a las provincias de rodillas", definió.
