Coli, en el ojo de la tormenta y refugiada en el silencio

La diputada nacional por el radicalismo Marcela Coli está refugiada en el silencio público en nuestra provincia, después de que saliera mal parada por el rol que cumplió en la sesión legislativa que aprobó en general la Ley Ómnibus.

Coli avaló esa normativa con su mano alzada pese a las críticas que formuló a la propia ley y al gobierno nacional de Javier Milei. Cuando se esperaba un claro alineamiento con el diputado Facundo Manes, que en este proceso asomó como su líder político, la legisladora terminó respaldando el texto en general.

Desde ese momento, pero incluso antes, no atiende el teléfono a periodistas ni a sectores sociales y políticos de La Pampa. Se prevé de todos modos que su posicionamiento será crítico al momento de tratarse la ley en particular, ya que expresó varios desacuerdos, desde la delegación de facultades hasta la reforma de la Ley Micaela, pasando por su oposición a la privatización del Banco Nación.

Que se vaya

El posicionamiento le generó a la diputada críticas desde diversos espacios. Como estaba cantado que los diputados del PRO, Martín Ardohain y Martín Maquieyra, avalarían la propuesta oficialista, ella quedó en el ojo de la tormenta.

Por eso mismo desde la Central de Trabajadores Argentinos le recordaron que había sido trabajadora docente y era actual jubilada, por lo que le pidieron que actúe en consecuencia. El sector donde se agruparon jubilados y jubiladas también le apuntó duramente por las mismas razones. 

Uno de los voceros de ese espacio, Ricardo Caso, apuntó: "Me sorprendió la postura de la diputada Coli, de la compañera docente, que sabe bien la realidad de los trabajadores y trabajadoras, ella está jubilada igual que nosotros, además fijó una posición receptiva, ella estaba con el grupo de Manes y Manes votó en contra y ella a favor. Realmente estamos muy enojados", dijo. 

Es que Coli hizo rondas de consultas con diversas agrupaciones, organizaciones, foros, gremios y asambleas antes del tratamiento de la ley. En general, y de modo casi unánime, pidieron su voto en contrario.

Ana María Wilging, que fue secretaria general de la sección Santa Rosa de la UTELPa, opinó que "se debe pedir la desafiliación de la diputada al sindicato por atentar contra la Educación Pública y los derechos de los trabajadores docentes al acompañar el avance el DNU y la Ley Ómnibus".

La dirigente apuntó: "Si sos docente no podés no informarte, si sos docente no podés apoyar toda esta payasada que nos destruye condiciones laborales y salario. Marcela Coli fuera de UTELPa por traidora al conjunto de trabajadores docentes y a la Patria".

Entre correligionarios

Los cuestionamientos a la diputada llegaron desde su propio partido, donde se alzaron voces contra su postura. El más claro, aunque sin personalizar en la figura de la legisladora, fue el intendente de General Acha Abel Sabarots.

El exconcejal de Santa Rosa Gustavo Estavilla se sumó: "¿Somos opositores u oficialistas? Se cansan de insultar a la UCR y su historia y les aprobamos un Frankestein que llaman ley. Lamentablemente, no se entiende la posición mayoritaria de nuestro bloque. Muy triste", posteó en redes sociales.

También el exdiputado Mauricio Agón apretó el acelerador en ese sentido: "Esta historia nefasta de las privatizaciones, de las desregulaciones, de los ajustes a la clase media y a los jubilados, ya lo vivimos y dejó un tendal de pymes y millones de desocupados. Ajustes retrógrados, conservadores, ideas q no se aplican en ningún lado sacadas de teorías trasnochadas de escuelas económicas que no existen".

"Pero esto no solo pasa por Milei, Caputo, Sturzenegger sino también con los cómplices que se hacen llamar 'oposición responsable', son tan cínicos que hacen discursos opositores y votan a favor de lo que ellos mismos critican y saben que va a fracasar. Los Pichetto, los De Loredo, los Santilli, los Ritondo, y en La Pampa los Maquieyra, Ardohain y Coli, todos participes necesarios de un ataque a las instituciones y a todo el pueblo, votando una aberración semejante", completó.

Frente a esa andana de críticas, Coli ha preferido no responder: se llamó a silencio público y evitó atender el teléfono ante llamados de agrupaciones, dirigentes, militantes o periodistas.