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La UCR de La Pampa, en el sector crítico de la Ley Ómnibus

Marcela Coli y Daniel Kroneberger suenan críticos ante la propuesta oficialista, pero no definen su oposición. Informaron a las autoridades partidarias locales, en medio del "poroteo" en el Congreso.

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EL DIARIO digital

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La diputada nacional Marcela Coli forma parte del sector del radicalismo que más críticamente se planta frente a la Ley Ómnibus, aunque el nivel de negociaciones en el Congreso Nacional es tan intenso que su voto final respecto de la propouesta del Ejecutivo nacional es un verdadero misterio.

En la misma tónica se lo ve al senador Daniel Kroneberger, del mismo partido, aunque la Cámara Alta aún no tomó intervención en el asunto.

Los dirigentes informaron sobre la situación a las autoridades partidarias y además han mantenido contacto con distintas organizaciones a las que de alguna manera les transmitieron esos posicionamientos por lo menos críticos, aunque no terminan de plantarse como oposición.

Sí está claro que la UCR en el Congreso tiene sus propias grietas, y que hay sectores dialoguistas y negociadores que están en búsqueda de un pacto. El cordobés Rodrigo de Loredo es cabeza visible de ese espacio que golpea públicamente pero mantiene puentes a veces secretos con el gobierno nacional para aceitar la salida de leyes que Javier Milei reclama.

Coli forma parte de un espacio bastante identificado de diputados y diputadas que rechazan la Ley Ómnibus tal como está. De hecho, la diputada pampeana ha manifestado públicamente varios desacuerdos, entre ellos las pretendidas privatizaciones, sobre todo en el caso del Banco Nación, y la ofensiva sobre la Ley Micaela.

Dentro de la UCR el sector más duro frente al oficialismo está alineado con Facundo Manes: son Manuel Aguirre, Mario Barletta, Fernando Carbajal, Julio Cobos, Marcela Coli, Pedro Galimberti, Pablo Juliano, Facundo Manes, Juan Carlos Polini, Roxana Reyes, Jorge Rizzotti y Natalia Sarapura. Mantienen una postura crítica y en el Congreso da la sensación de que costará convencerlos para votar uniformemente con todo el resto del bloque.

Cada voto puede resultar clave. La Libertad Avanza cuenta con 38 voluntades seguras, número que se eleva a 41, si se considera al bloque de dos de Buenos Aires Libre, que componen Carolina Píparo y su cuñada Lorena Macyszyn, a las que Oscar Zago no pudo integrar al bloque formal de LLA, pero que son considerados como propios. Lo mismo, obviamente, con el unipersonal de Avanza Libertad, de José Luis Espert.

Más allá de las diferencias internas que mantienen entre sí, el oficialismo considera contar con el apoyo del bloque Pro, que conduce Cristian Ritondo. Son 37 miembros que aportarán desde ya al quórum, y que en líneas generales han mostrado coincidencias con el proyecto de ley de "Bases".

Si se considerara con uniformidad a la totalidad de los bloques que están dispuestos a "darle al oficialismo las herramientas para gobernar", el Gobierno ya tendría resuelto el problema, como deslizó la semana pasada el presidente Javier Milei, al dar por sentado que "los números están". Cosa que en realidad no sucede. Sumando a los 34 del bloque radical que conduce Rodrigo de Loredo y a los 23 de Hacemos Coalición Federal, de Miguel Pichetto, superarían "holgados" el número necesario, con 135 votos.

Pasa que no hay uniformidad en esos bloques.

El Pro -más allá de las diferencias internas que hoy por hoy han sido "frizadas", señala el portal especializado Parlamentario- podría llegar a votar uniformemente a favor, en caso de aceptarse algunas modificaciones que el Gobierno estaría dispuesto a hacer. Pero el bloque radical tiene diferencias internas que ya se observaron en su momento cuando eligieron autoridades. Son 34 miembros, pero oportunamente habían quedado 22 de un lado y 12 del otro. 

Mientras que en el bloque de Pichetto, los seis diputados de la Coalición Cívica están expectantes: no tienen una cerrada negativa, pero son muy puntillosos en que se respeten las modificaciones requeridas, y son de los más molestos con las permanentes generalizaciones presidenciales a la hora de criticar a los diputados.

Si esos sectores no estuvieran alineados con el resto de sus bloques, el número se le reduciría al oficialismo a 117 diputados. Uno menos, si se tiene en cuenta que el presidente de la Cámara aporta al quórum, pero no vota.

Existe otro sector importante a tener en cuenta: el bloque Innovación Federal, que suma 9 miembros, pero que por el momento se han mostrado bastante críticos respecto de la norma impulsada por el Gobierno.

Tiene también La Libertad Avanza un sector más donde ir a buscar votos: los bloques más pequeños, que estarían más cercanos a acordar. Cuatro responden a sus gobernadores. Los dos del bloque Por Santa Cruz y los dos sanjuaninos de Producción y Trabajo. También habría que sumar a otros dos: el mendocino Alvaro Martínez (La Unión Mendocina), que responde a Omar De Marchi, funcionario del Gobierno, y la tucumana Paula Omodeo (Creo).

El oficialismo necesitará afinar más el lápiz a la hora de tildar aquellos nombres que necesita para arrancar la sesión, primero, y conseguir los votos para la aprobación en general, después. Necesitará para ello garantizarse el voto de la mayoría de aquellos dos bloques que se muestran dispuestos a apoyar, pero deben contar con gestos de parte del Gobierno que no vayan por el camino de la amenaza, sino exactamente lo contrario.

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