La Pampa

"Me quería morir", contó una víctima de abuso sexual de la Subzona 14

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En el aula magna de la UNLPam sigue este martes el juicio de la Subzona 14. Declararon una víctima de delitos sexuales y la hija de otra, ya fallecida.

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EL DIARIO digital

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"Yo me quería morir". Antonio Nolberto Ponce contó sus sentimientos la noche de tortura y golpes, en la planta alta de la Primera de Santa Rosa, cuando además fue abusado sexualmente por los represores de la Subzona 14. Ese secreto lo mantuvo guardado durante años, pero en el segundo juicio se sacó "la mochila" de encima y este martes declaró como víctima en el tercer juicio por delitos de lesa humanidad en La Pampa. "Esto lo estaba esperando hace muchos años", confió.

Este martes declaró en el juicio de la Subzona 14 como víctima directa de delitos sexuales cometidos durante los secuestros y torturas en manos de los represores durante la última dictadura. También declaró Mariana Juncos, la hija de otra víctima, Stella Maris Barrios, ya fallecida. En este tercer juicio se juzgan por primera vez en la provincia delitos de índole sexual cometidos durante la represión.

En la jornada prevista para el miércoles 8, pidió declarar en indagatoria el represor Carlos Reinhart -intentará desvirtuar el testimonio de Ponce- y los testigos y víctimas Carlos Enrique Guezzi, Miguel José Capella, Hugo Chumbita y Dardo Horacio Hernández.

"Era algo que me iba carcomiendo por dentro"

En primer lugar, declaró Antonio Nolberto Ponce (65 años), un vendedor ambulante que fue secuestrado y torturado en la planta alta de la Seccional Primera de Santa Rosa, con golpes y picana eléctrica. Fue abusado por el torturador Carlos Reinhart. Por el delito de índole sexual se acusa en forma directa al expolicía y torturador y en forma mediata al militar Jorge de Bartolo, al represor Néstor Greppi y al exjefe de la Policía, Luis Baraldini.

subzona ponce 1

Ponce ya había declarado como testigo en el segundo juicio de la Subzona 14. Basándose en su testimonio, se abrió otra investigación por el delito sexual que sufrió. Este martes repitió el relato en el juicio, pero como víctima.

Este martes relató que fue detenido por cuatro personas de civil en un Falcon gris, entre ellos identificó a Reinhart y Omar Aguilera (un represor ya fallecido) en el 76. Su detención transcurrió en la Primera de Santa Rosa y en la U13. Fue sometido a sesiones de tortura en, al menos, dos oportunidades, con picana eléctrica, prácticas de asfixia –submarino seco- y abusos sexuales. Le preguntaba sobre los familiares de "Veco" Rodríguez, otras personas del barrio que habían sido detenidos.

"Ahí conocí lo que es la picana. Me pusieron una toalla mojada en el estómago y me tiraron en una especie de cama eléctrica. Me picanearon por todo el cuerpo, en los testículos, el ano, entre los dedos de los pies", recordó.

Detalló que en la Primera de Santa Rosa sufrió un abuso sexual con acceso carnal en la segunda noche. Señaló que fue abusado por Reinhart –entre otros- en una oportunidad en que fuera conducido a la planta alta y acostado boca abajo sobre una camilla, a la que fue esposado. Lo identificó porque podía ver por debajo de la capucha. En esa ocasión también lo golpearon y le aplicaron picana eléctrica.

Este martes dijo que esa noche Reinhart sacó su miembro y se lo introdujo en la boca mientras los otros represores lo sujetaban. "Yo me quería morir", confesó, entre lágrimas. "Después me dieron vuelta, y también pasaron el miembro por mi ano. Pero no pasó más de eso. No fui penetrado", completó.

"Esto me lo llevaba a la tumba. No se lo había contado a nadie. Pero era algo que a su vez me iba carcomiendo por dentro", agregó. "Yo me guardé esto, pero a su vez no vivía bien. Me las agarraba con mi familia, y así estuve muchos años, hasta que llegué a separarme y mi casa era un caos, un infierno. Hasta que me acerqué a una campaña evangelista y eso me cambió la historia, soy una persona libre hoy y estoy con mi familia", completó.

"Me perjudicaron mucho en aquel tiempo. Pero hoy no, es más, ya los perdoné, no siento ese odio. Me gustaría que un día ellos se pudieran arrodillar y pedirle perdón al Señor. Es una mochila que llevé, pero ya se está cayendo", cerró.

Luego de esa noche lo pasaron a la 13. Recuperó su libertad el 9 de julio de 1.976.

La fiscalía acusa a De Bartolo, Greppi y Baraldini como autores mediatos y a Reinhart como autor directo.

El testimonio de una hija: "Nos quiso resguardar"

El segundo turno correspondió a Mariana Juncos, hija de Stella Marys Barrios, una joven estudiante que secuestrada durante la dictadura y quien en el juicio de 2010 declaró por primera vez que fue violada durante el traslado entre Pico y Santa Rosa. Falleció de cáncer a los pocos años de esa revelación en el debate penal. Se acusa como autores mediatos a De Bártolo, Greppi y Baraldini.

Su hija se enteró recién en 2010 de lo que había padecido su madre, ya que nunca lo había contado, hasta ese momento, a sus familiares directos. "Nunca quiso contar nada, después nos dijo que sentía mucho miedo y vergüenza. Pero ella no había hecho nada para que le hicieran eso. Quería preservarnos de toda esa historia mala, no quería generarnos odio, nos quería resguardar. Si ella contaba era más víctima aún y los represores eran buenos vecinos en esa época", recordó ella.

Su madre era estudiante de la UTN de Pico. Ella se presentó voluntariamente en la Comisaría de Pico los primeros días de abril del año 1.976 y quedó detenida, esposada y vendada.

Luego la trasladaron a Santa Rosa, durante el viaje pidió orinar y pararon, le bajaron los pantalones y le dijeron "hace". Tuvo que orinar entre las risas y las burlas de esas personas. Se puso de pie esperando que alguien le subiera los pantalones, pero fue rodeada y comenzaron a provocarla, primero verbal y luego físicamente. Recibió cachetazos y la tiraron al piso, momento en el que fue abusada sexualmente con acceso carnal por parte de una de las personas que integraban ese grupo. "Ustedes son muy vivas, pero después lloran", le dijo un represor, según le contó su madre. Luego estuvo parada, sola con los ojos vendados.

Estas personas regresaron y le dijeron que estaba muy comprometida, que hiciera memoria para poder salvarse. Luego siguieron viaje hasta la Seccional Primera de esta ciudad, donde compartió cautiverio con otras detenidas. En una oportunidad fue interrogada con los ojos vendados por Reinhart. Recuperó su libertad junto con Raquel Barabaschi, lo que le fue comunicado por Baraldini, que les hizo la advertencia que quedaba en libertad bajo el régimen de libertad vigilada.

"Que hubiera sido de mi madre si se hubiera podido recibir de ingeniera. Se ensañaron con las mujeres, les cortaron sus sueños y esperanzas, con mucha maldad", lamentó Mariana, aunque reivindicó la militancia social, comunitaria y feminista, que su madre nunca abandonó.

Dijo que la madre falleció de cáncer, aguardando la justicia para su caso, que "llega demasiado tarde". "Me hubiera gustado que estuviera ella acá, porque es su historia", acotó.

De todos modos, agradeció por los juicios "porque la memoria siempre sigue activa y en La Pampa pasaban cosas, no fue una isla".

Dos testigos más

También declararon Jorge Santajuliana, hijo del empresario Roberto Santajuliana (detenido ilegalmente), y el empresario Arturo Valle (también secuestrado por la patota de la Subzona 14). Ambos fueron secuestrados y torturados, bajo la sospecha de los represores de irregularidades en la obra pública provincial previa al golpe.

La situación de Baraldini y Greppi

En el juicio hay cuatro acusados actualmente. Pero el represor y exmilitar Néstor Omar Greppi quedaría afuera del debate, ya que esta semana se conoció el informe de los peritos forenses que certifican su grave estado de salud y que no está en condiciones de afrontar el juicio.

Por su parte, el jueves 28 de agosto se le realizó un test neurocognitivo al exjefe de la Policía durante la dictadura, Luis Baraldini. Se aguarda para esta audiencia el informe de la pericia. El represor pretende quedar fuera del debate alegando un deterioro neurocognitivo.

Los otros dos imputados son el torturador Carlos Reinhart (condenado en los dos juicios previos) y el militar Jorge de Bártolo, que integraba el comando del Regimiento de Toay en la época de plomo y afrontar por primera vez cargos por secuestros y torturas de las víctimas de lesa humanidad.

Otros imputados, el militar Jorge Jáuregui y el comisario Humberto Riffaldi, fallecieron el año pasado y hace un par de semanas, respectivamente. Además, el excomisario Roberto Fiorucci (condenado en el primer juicio, de 2010) quedó afuera del debate por el deterioro de su salud.

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