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EL DIARIO digital
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La militante del peronismo santarroseño y oriunda de Eduardo Castex que fue señalada por su presunta injerencia en la decisión del exintendente de esa localidad, Darío Balsa, de acabar con su vida, salió a decir que es víctima de una "difamación", afirmó que no tiene "nada que ocultar" y que "mi conciencia está tranquila".
En el marco de la investigación del suicidio del ex jefe comunal, por orden del juez Carlos Ordás, la semana pasada se realizó un allanamiento en una vivienda ubicada en el Pasaje Falcón al 1800 del barrio Plan 5000 de la capital pampeana, donde se secuestró el teléfono celular de la mujer, una empleada estatal conocida por buscar "relación constante" con varios dirigentes políticos de la provincia y de apellido Mansilla.
De acuerdo a lo que trascendió, días antes de morir Balsa habría mantenido una reunión con ella y algunos otros allegados donde lo habrían amenazado con la "publicación" de algunos datos. De hecho, un medio de comunicación digital de Eduardo Castex habría dejado correr alguna versión, a modo de "extorsión".
Ahora, en una publicación en sus redes sociales, la militante justicialista -de apellido Mansilla- salió a responder a las sospechas vertidas sobre su implicación en el caso.
"Solo voy a escribir esta vez porque mi abogado, Rodrigo Villa, se está ocupando de la difamación que vengo sufriendo hace una semana. Se puso a disposición de la justicia y está acompañando toda la información de interés y colaborando con la investigación a fin de que se esclarezca mi situación lo antes posible. De mi parte, entregué mi celular, he pedido la apertura del mismo y no tengo nada que ocultar", comenzó su mensaje.
Señaló que "mucha gente en Eduardo Castex conoce mi carácter, que no es fácil, que soy una Militante y Empleada Pública. Pero jamás le hice mal a nadie ni lo haría. No soy perfecta, soy una persona de carácter fuerte. Pero mi conciencia está tranquila porque con Darío no hubo ni siquiera una discusión en nuestra relación".
Agregó: "Quiero aprovechar para aclarar que no soy imputada en la causa penal, me presenté voluntariamente y estoy a derecho. Sé que la justicia divina también se va a encargar de esclarecer todo".
"Quiero aclarar también que entiendo y respeto el dolor de su familia, sé que su sufrimiento sobrepasa lo imaginable", indicó luego.
Y expresó: "Pido por favor que se deje de suponer cosas por notas periodísticas maliciosas y tendenciosas que afectan mi nombre y honor".
"Dejen descansar en paz a Darío, porque no lo dejaron nunca tranquilo mientras vivía, dicho por él, y hoy que ya no está en este mundo, lo usan para dañarme", finalizó su posteo.
El caso
Dario Balsa, exintendente, exconcejal y antiguo director del hospital Pablo Lacoste de Eduardo Castex, murió el lunes 26 de junio al mediodía luego de sufrir una descompensación en el mismo centro asistencial mientras trabajaba.
El sorpresivo deceso del reconocido médico generó conmoción en la localidad y en diferentes ámbitos de la provincia. Una supuesta carta que habría dejado a su familia alentó una investigación judicial por un supuesto suicidio y los vínculos con la mencionada militante del PJ santarroseño, que derivó en el secuestro de su celular y el del profesional fallecido.
La mujer "no paraba de mandar mensajes o de llamar a cuanto funcionario se le ocurriera", destacó una fuente consultada por este diario.
Mansilla, además, tendría a su madre -que fue candidata a viceintendenta- ocupando un cargo en la Unidad Básica de Eduardo Castex. "Muy liera", la describió la misma fuente.
"Llamaba de manera constante a una periodista de Castex y le daba letra permanente sobre Balsa... Incluso llegó a reflotar una supuesta denuncia que tuvo con la emisión de órdenes de obras sociales", contó la persona que habló con este diario y que tiene un conocimiento acabado de la situación.
La carátula de la causa es "averiguación de causales de muerte". Todo surgió después de la autopsia practicada en la morgue del Hospital Lucio Molas de Santa Rosa. Balsa habría sufrido una ingesta de pastillas.