La Pampa

Lo contactaron por redes sociales y vivía en una carpa en el patio de la panadería

El juez Juan José Baric determinará si la situación se ajusta a un caso de trata de personas o explotación laboral, para establecer qué fuero judicial investiga.

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EL DIARIO digital

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General Pico (Agencia) – Tras el operativo realizado el pasado viernes en una panadería de General Pico, fuentes oficiales confirmaron ayer que el trabajador venezolano fue contactado por el comerciante a través de redes sociales y decidió abandonar su país en búsqueda de un futuro mejor, pero se encontró con condiciones laborales lejanas a las propuestas y viviendo en una carpa en el patio del comercio. La Justicia Federal deberá determinar si se trata de un caso de explotación laboral o de trata de personas, cuyas sanciones representarían para el explotador desde multas y clausuras hasta la cárcel.

El Diario reveló este fin de semana el caso de un extranjero que activó un operativo de diversas dependencias provinciales para rescatarlo de un supuesto contexto de trata que se daba desde hacía semanas en una panadería del barrio Carlos Berg, en la calle 9 casi esquina 44.

En diálogo con este medio, el subsecretario de Derechos Humanos de la Provincia, Juan Pablo Fasce, confirmó que tras el operativo "la persona implicada en este asunto está siendo asistida por el programa provincial de lucha contra la trata, en cuanto a su situación de resguardo y de aprovisionamiento de todo lo necesario para cubrir sus necesidades básicas".

Y agregó que "en paralelo, la Justicia Federal está dando los primeros pasos en la investigación y determinará en su momento si estamos ante un caso de trata de personas con finalidad de explotación laboral o no, eso surgirá de la investigación judicial".

El juez José Baric determinará entonces si la situación se ajusta a un caso de trata de personas o explotación laboral, para a partir de ahí establecer qué fuero judicial investiga.

Si fuera un simple caso de explotación laboral, Fasce explicó que "tendría que ver con irregularidades como no registrar a la persona que trabaja, hacerle cumplir más horas que las que corresponden y algunas otras características, en este caso probablemente ni siquiera hablamos de un delito sino de una irregularidad administrativa del empleador que se resuelve con sanciones administrativas (multas y clausuras). En esta instancia intervendría la Justicia ordinaria y algunos organismos provinciales o nacionales".

Mientras que para que el caso quede en manos de la Justicia Federal como trata de personas, se tendría que avanzar con fuertes indicios de "una captación, un traslado de la persona, la recepción y un acogimiento de esta persona, todo ello con la finalidad de explotarla", precisó.

Las consecuencias para el responsable de la maniobra son muy diferentes, y van desde multas a la clausura del local en caso de confirmar explotación laboral, o hasta la cárcel si se comprobara la trata de personas.

Elementos

Fasce admitió en la charla que este caso comenzó como uno más de vulneración de derechos laborales, pero con el correr de las horas se fueron sumando elementos que bien podrían configurar trata de personas.

Luego de la denuncia al 145, el funcionario indicó que "se derivaron circunstancias como la constatación de la existencia de esta persona en condiciones de indignidad, viviendo en situaciones muy precarias y en condiciones laborales que no se condecían con la oferta que oportunamente se le había hecho a esta persona".

Y aclaró en ese sentido que "si bien existen indicios de que esta persona no estaba coartada totalmente de sus posibilidades ambulatorias, de movilidad, lo cierto es que tenía otras limitaciones que tenían que ver con el manejo de la cuestión económica, como había sido trasladado de otro país hasta aquí no percibía el salario que correspondía, es la típica modalidad donde se endeuda a la persona implicada y así la persona tampoco termina de irse del lugar de explotación porque no percibe la remuneración por los servicios que presta".

"Esa idea de la libertad cercenada porque te tienen amordazado y atado con cadenas a una cama queda para la gráfica nada más, los métodos son otros y te pueden mantener en una situación no deseada de múltiples maneras", remarcó.

Para sumar luego como agravante que el comerciante "lo contactó a través de las redes, haciéndole un ofrecimiento concreto de trabajo, y a partir de eso llegó a nuestro país con toda la ilusión a cuestas de poder encontrar para él y su familia un futuro mejor que el que tenía en su país de origen".

Avances

Fasce se refirió al avance de la investigación y cómo la situación parece agravarse pera el comerciante involucrado. Señaló que "parecía que tan solo estábamos ante un caso de irregularidad laboral, o hasta de explotación laboral, pero no terminaba de dar los parámetros para vincularlo con un caso de trata, más allá de que la denuncia lo planteaba en esos términos. Pero ahora, a medida que se van sumando otros datos, uno estima que bien podría tratarse de un caso de estas características".

"Yo hoy no puedo decir con certeza si estamos ante una u otra situación", insistió el funcionario, aunque luego admitió que "reúne ciertos rasgos distintivos de lo que es el delito de trata, pero hay que esperar que la Justicia así lo determine y avance con la investigación acorde con estos parámetros".

En cuanto al futuro de la víctima, que está siendo asistida, el subsecretario de Derechos Humanos aseguró que "su voluntad es quedarse en el país y eventualmente, si él pudiera generar las condiciones de proyección con las cuales llegó esperanzado a nuestro país, trasladar a su familia para reintegrar a toda su familia a nuestro país. Él llegó con la idea de forjar un futuro en nuestro país".

Un panadero conocido

 El comerciante involucrado en el supuesto caso de trata de personas es conocido en el medio por forjar en emprendimiento que desde hace tiempo se consolidó en el barrio Carlos Berg.

Se trata de Javier Pinotti, titular de la panadería Delicias Pampeanas, emplazada en calle 9 entre 44 y 46. Se trata de un emprendimiento importante, con mercadería de buena calidad que cuenta a su vez con varios recorridos en el medio.

Según pudo establecer El Diario, llegó a General Pico ya hace varios años proveniente de la provincia de Mendoza.

Pinotti se hizo más conocido en el medio a partir de una entrevista que dio a un portal web de la ciudad en agosto del año pasado, donde salió a quejarse por no conseguir "gente para trabajar". En la nota el panadero aseguraba que no lograba dar "con gente quiera trabajar", según consideraba, porque "prefieren los plantes sociales", "no se quieren levantar temprano" y, si entraban a cumplir tareas, "están con el cigarrillo y el celular".

La entrevista logró una importante repercusión, pero no todos los comentarios fueron positivos para el entrevistado. Si bien muchos vecinos se sumaron a la justificación de que "son todos vagos", otros le recordaron al comerciante su supuesta condición de "explotador" por pagar malos sueldos, que se reflejaba la alta rotación de personal en el local comercial.

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