Rescate paleontológico en Macachín
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EL DIARIO digital
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El Juzgado Nacional de Trabajo Nº 46, a cargo de María Elena Rosón, ordenó a la empresa Industrias Químicas y Mineras Timbó (Celusal) la reincorporación de los trabajadores despedidos el 9 de mayo mientras participaban de una huelga por el reclamo salarial.
La jueza hizo lugar a una medida cautelar presentada por la Unión Obrera Salinera de Argentina. Los sindicalistas denunciaron que los despidos fueron una "represalia" por las medidas de fuerza. "Es una medida retrógrada y deplorable", dijeron.
A casi un mes del inicio del conflicto, todavía no se ha encontrado una salida. "Esperamos que las empresas recapaciten y dejen de tensar este conflicto. Y que entiendan que el reclamo salarial es justo y el conflicto no le sirve a nadie", expresaron en un comunicado.
Timbó echó a dos trabajadores el día 9 de mayo, con la huelga declarada y una manifestación en las puertas de la empresa.
El pasado martes los representantes de la federación empresaria y la parte sindical se había reunido en el Ministerio de Trabajo -a través de un zoom- y se logró reanudar las negociaciones. Se pactó un encuentro privado para el jueves. Sin embargo, la representación empresaria la suspendió.
Por eso se reprogramó para el próximo martes 6 otro encuentro, con Trabajo como intermediario. "No se entiende por qué dilatan las conversaciones y siguen provocando a los trabajadores haciéndoles llegar que lo que pide el gremio no corresponde y que tienen que seguir con sueldos bajos para mantener los costos de la empresa", dijeron las fuentes gremiales.
"Estas acciones no hacen más que calentar el ambiente. Creen que esto es un juego, demorando el pago de los sueldos, que ya son bajos y que tienen los descuentos por los días de paro", se quejaron.
"Si creen que van a amedrentar a los trabajadores, se equivocan", alertó la organización salinera, que denunció amenazas de sanciones, rotación de turnos, pago fuera de fecha y reuniones con trabajadores para intentar convencerlos de que los salarios "son buenos".
"Cada provocación solo endurece lo pedido, hace crecer el descontento y genera malestar de los trabajadores que solo piden un salario digno", completó.
El conflicto salinero tiene fuerte repercusión en las plantas de La Pampa, en Macachín y San Martín. En la anterior reunión entre la Federación de Industrializadores de la Sal y la Unión Obrera Salinera Argentina, las empresas habían ofrecido un 12% más de aumento a la propuesta inicial, un total del 60% -10 por mes desde mayo- más un 5% al final del tramo en octubre como recomposición, y en caso de que la inflación superara ese índice ajustarían el porcentaje faltante.
"Traducido a sueldo, estamos hablando de 230 mil pesos en octubre", informaron los sindicatos en un comunicado que firmó Gerado Schab, el secretario general de la UOSA. El gremio lo rechazó. Ratificó el pedido de un salario que llegue a 280 mil pesos en octubre.
El conflicto en la planta de General San Martín se desató el martes 10 de mayo, último día del incial paro nacional de 48 horas que se llevó adelante en reclamo de mejoras salariales, cuando la empresa decidió despedir a dos trabajadores.
Tras eso, la Unión Salinera decidió extender la medida de fuerza, en rechazo a la decisión empresarial.
