La Pampa

Asamblea universitaria: un hecho histórico y un oficialismo que se consolida

La asamblea universitaria del miércoles pasado, convocada después de 22 años, fue un golpe de efecto de la gestión del rector de la UNLPam, Oscar Alpa, actual secretario de Políticas Universitarias. Apuros, coyuntura y proyecciones de la política universitaria.

Escuchá esta nota

EL DIARIO digital

minutos

La asamblea universitaria del pasado miércoles, después de 22 años, fue presentada por la gestión del actual secretario de Políticas Universitarias, Oscar Alpa, como un hecho histórico para la Universidad Nacional de La Pampa. La creación de una nueva facultad, para albergar a la popular carrera de enfermería, es una cucarda que el rector con licencia se cuelga con orgullo.

"Hay actores que son motor de cambio social. Oscar Alpa y Proyecto Facultad y Proyecto Universidad son agentes de transformación de la realidad", afirmó en tono auto celebratorio Sebastián País Rojo, uno de sus colaboradores más estrechos en el equipo de gestión del rectorado de la UNLPam.

El oficialismo universitario justificó el apuro de convocar la asamblea con un par de días de anticipación, en la necesidad de aprovechar la coyuntura política que le permite a Alpa, desde su cargo nacional, gestionar más fondos para la UNLPam. Es un momento favorable con duración no garantizada: podría cesar a partir del cambio de gobierno nacional que deparará la elección presidencial de octubre.

Alpa, la agrupación universitaria que lidera y sus aliados, computan ya como una nueva ganancia para su activo político la creación de la Facultad de Ciencias de la Salud. También destacan el apoyo y la sintonía con el gobierno peronista de Sergio Ziliotto, que se suma algunos porotos a partir del financiamiento de los primeros pasos de la carrera y su consolidación.

"La Universidad no la hace una sola persona, tampoco un solo espacio político. La unanimidad en el disenso y el debate que se vio en la asamblea es prueba de ello", se vanaglorió País Rojo después de la asamblea.

Una oposición disgregada

Los sectores disidentes al oficialismo universitario, disgregados y sin un proyecto alternativo para oponer, solo atinaron a cuestionar el apuro para la convocatoria –que no por casualidad coincidió con la fecha del aniversario de la nacionalización de la universidad- y a lamentar la falta de información completa sobre la futura financiación de una nueva facultad en un contexto de crisis económica del país, restricciones presupuestarias en general y una protesta docente por la pérdida salarial.

Sin embargo, no pudieron más que, a regañadientes, plegarse a una aprobación que le aportó el plus de la unanimidad a la creación de la facultad y a la movida política de Alpa. La convocatoria incluyó además, como moneda de cambio, reclamos históricos, como el de abrir la participación política a la docencia preuniversitaria o la actualización del estatuto.

Las autoridades de las facultades que se opusieron a Alpa en el pasado reciente y que llegaron desde otras agrupaciones universitarias a la gestión, ahora negocian obras, cargos y programas con un rector que maneja recursos desde un encumbrado cargo nacional.

"Los tiene controlados. Tiene el poder y lo está usando", dijo un consejero opositor. En realidad, por lo bajo le achacan mucho marketing y un discurso de "transformaciones profundas" que no se compadece del todo con la realidad.

Como respuesta a los planteos sobre la financiación que hicieron en la asamblea del miércoles, País Rojo ofició de escudero de Alpa y argumentó que ninguna facultad perderá recursos ante la creación de una nueva unidad académica. Explicó que en apenas tres años la UNLPam ganó un 0,5 por ciento (pasó del 1,07 al 1,12) en el reparto de la torta nacional, a pesar incluso de que se crearon más universidades en el mismo período. De ese excedente, alegó, saldrán los recursos para la nueva facultad.

Un oficialismo que se consolida

El actual rector Alpa podría seguir en el cargo de nivel nacional si el Frente de Todos continúa en el poder. Pero hay pocas certezas de que ese sea el escenario real. Ante un panorama que se avizora incierto, desde su sector buscan apuntalar su imagen con anuncios impactantes como el convenio para recuperar el edificio de la exescuela hogar -de improbable concreción- o ahora la histórica asamblea universitaria.

Si Alpa tiene que volver a la provincia el año próximo, se le presentan dos rumbos. O vuelve al rectorado, un camino corto para lo que aspira, ya que no tiene posibilidades legales de otra reelección, aunque una base de sustento nada desdeñable. O apunta a una salida para adelante.

La otra chance sería dar un salto a la gestión de un ejecutivo provincial peronista, en base a la buena relación que cultivó los últimos años con el gobernador Sergio Ziliotto, si ese obtiene la reelección. La gestión provincial adolece de actores de peso para defender las políticas del área educativa, con un ministro que casi pasó desapercibido durante los últimos tres años y medio, y podría ser un refuerzo de más nivel.

Algunos hasta imaginan una tercera vía, que sería un salto con garrocha en el espiral virtuoso de la carrera política del actual rector: una candidatura para una banca legislativa en octubre. Parece poco probable: en el PJ sobran aspirantes y la línea mayoritaria, la Plural, no acostumbra a regalar espacios tan valiosos.

De todos modos, el oficialismo universitario ya tiene planes para su continuidad. El actual decano de la Facultad de Económicas y Jurídicas, Francisco Marull, espera su turno para escalar al rectorado. Ya fue reelecto en su facultad y se queda sin espacio en la cabeza de esa unidad académica. Es el delfín natural.

Mientras tanto, en la vereda de enfrente de la vida universitaria reina el desconcierto. Por ahora no hay miras de rearmar una alternativa. Las agrupaciones que no están con Alpa y gobiernan facultades –Agronomía, Humanas, Exactas y Naturales- permanecen a la defensiva y cuidan su quinta. No hay liderazgo que trascienda más allá de su propio reducto. Hoy Alpa ha pulverizado voluntades.

Puede darse alguna posibilidad si el proyecto personal queda muy expuesto y Alpa queda atado a lo electoral. Pero no aparecen nubarrones en ese horizonte semi hegemónico. En la última elección no pudieron consensuar y no tuvieron candidatura a rectorado, un gafe que también podría considerarse histórico.

Un proyecto y su perfil

Si hay que encasillar a Alpa en lo ideológico, quienes lo conocen lo enmarcan dentro del perfil característico de su formación como contador, con una orientación más de centro-derecha de lo que declama en la esfera pública. Una de sus características, dicen, es el equilibrio, puede acomodar discursos y acciones según las circunstancias.

Él viene cultivando relaciones con el gobierno provincial y también llegó a la gestión nacional por su buena relación con el ministro del área, que viene del peronismo. En la UNLPam tiene un equipo de gestión activo, en el cual conviven hombres de la UCR -Javier Torroba es candidato a diputado provincial-, algún simpatizante del PRO y peronistas.

Alpa saltó al rectorado desde el decanato de la facultad de Económicas y Jurídicas, en 2018, encabezando una alianza de diferentes proyectos dentro de la interna de la política universitaria. Proyecto Universidad derrotó a Universidad Amplia en una elección muy ajustada, que necesitó de una segunda vuelta, un balotaje, para definirse. Interrumpió doce años de hegemonía de ese espacio, que tuvo a Sergio Maluendres y a Sergio Baudino como rectores.

Su gestión tuvo el espaldarazo, dos años después, del nombramiento en la Secretaría de Políticas Universitarias de la Nación. El año pasado fue reelecto en el pago chico y pidió licencia para seguir en el cargo nacional. Con la reelección sin rival, ese nuevo oficialismo se consolidó y con gestos políticos como el del miércoles pasado busca profundizar esa senda.

También te puede interesar...