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Columna ambiental: plantar árboles puede ser un problema

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Cuando pensamos en un problema queremos una solución única y rápida, de esta manera, a mitad del S XX se propuso la idea de plantar grandes cantidades de árboles que absorbieran Dióxido de Carbono (CO2) para combatir el Cambio Climático. Lamentablemente, no existen soluciones mágicas y plantar árboles "sin ton ni son" puede ser muy perjudicial para el planeta. Por eso, en la columna ambiental de hoy vamos a ver por qué plantar árboles no es la solución.

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EL DIARIO digital

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Por Florencia Srur (*)

En el año 1997 se crea un convenio entre 187 países llamado el Protocolo de Kioto, debido a que su firma se realiza en Kioto, Japón. En este tratado se da, entre otras pautas, la creación de los Bonos Verdes o Bonos de Carbono. Esta herramienta económica pretendía lograr un balance cero de emisiones de CO2, es decir, que los países y empresas pudieran captar la misma cantidad de este gas del que emitían. De esta manera, se pensó en los árboles como solucionadores mágicos de esta ecuación debido a que pueden absorber grandes cantidades de Dióxido de Carbono en el proceso conocido como Fotosíntesis.

Hoy en día, plantar árboles se ha transformado en una "moda" ambiental para lavar culpas (greenwashing) por parte de muchas empresas y países. Por ejemplo, existen buscadores web donde con cada búsqueda se promete la plantación de un árbol. De la misma manera, muchas campañas realizan esta promesa luego de comprar con una tarjeta de crédito específica, comprar/consumir un producto o apoyar económicamente alguna campaña. En definitiva, se estima que el mundo hoy en día está más verde que antes de la Revolución Industrial en materia de árboles implantados. Entonces, ¿cuál es el problema?

La cuestión a tener en claro es que los ecosistemas naturales presentan un equilibrio dinámico acorde al clima al que están. Los desiertos y pastizales naturales se encuentran en ambientes específicos por una razón. De igual manera, los bosques no solo son árboles sino que son sistemas complejos donde especies de flora y fauna, específicas, asociadas se encuentran en el ecosistema. Pensar que plantando muchos árboles se genera un bosque es un poco ingenuo. Modificar paisajes naturales, ya sea por su destrucción (como incendios o tala) como por su cambio a otro sistema distinto (como plantar árboles que no son nativos de la zona o en lugares donde naturalmente no hay árboles) puede traer grandes consecuencias, como la extinción de especies.

En este afán de querer captar CO2, en el año 1980 se había propuesto una iniciativa para forestar el Desierto del Sahara para "frenar su desertificación". Un desierto natural que alberga una amplia gama de especies animales y vegetales, adecuadas al sitio, que serían desplazadas para reemplazarlas por árboles no nativos del lugar. Y ahí hay una clave: muchas veces, llegado el caso de que se implanten árboles en zonas de bosque, no se opta por especies nativas sino por especies exóticas. Las tres especies que más se plantan son el pino (originario del hemisferio norte), el eucalipto (de Oceanía) y el Kiri (de Asia) debido a que son árboles de rápido crecimiento y gran adaptación a muchos ambientes. Claro que, en detrimento de las especies nativas que no pueden competir contra ellas y las de fauna que no encuentran hábitat apropiado en estas.

Además, cabe mencionar que la plantación en masa de especies exóticas de árboles puede traer consigo otros grandes problemas. En el caso del pino, su poder de ignición es increíble, por lo que un incendio controlable en un ambiente natural puede volverse incontrolable en un sistema dominado por pinos importados, además, las hojas del pino aumentan la acidez del suelo, lo que hace que muchas otras especies de flora ya no puedan crecer en el lugar. El eucalipto es una bomba de agua, necesita grandes cantidades de este líquido para vivir y es capaz de deprimir o bajar el nivel de las aguas subterráneas a tal punto que la calidad de los acuíferos se puede ver perjudicada por salinización.

No es lo mismo forestar que reforestar y no existen las soluciones mágicas. Plantar árboles es una muy buena idea siempre y cuando sean árboles nativos en ambientes naturales. Caso contrario, quizás, en nombre del bien estemos causando un mal mayor.

* Ingeniera en Recursos Naturales y Medio Ambiente. MP Nº 365. Email: [email protected]

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