La Pampa

Curruqueo consideraba como un amigo al acusado del crimen

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El pampeano que encontraron asesinado en Río Negro había compartido salida de parejas con el imputado de su asesinato. No habría tenido sospechas de un posible ataque. Las pruebas que incriminan al detenido.

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EL DIARIO digital

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Carlos Curruqueo, el pampeano asesinado en Río Negro, no habría sospechado que podía sufrir un ataque del actual detenido y acusado de su asesinato. Lo consideraba un amigo y ambos habían compartido encuentros y salidas con sus parejas.

El abogado de la familia de la víctima, Leandro Loyola, contó en las últimas horas que Curruqueo se había instalado en General Roca hacía dos años. Encontró en la compra y venta de vehículos una buena manera de ganarse la vida: los adquiría, los reparaba en diferentes talleres de la ciudad y después los vendía.

Esa actividad lo llevó hacia su muerte cuando intentó cobrar una deuda de 1,8 millones de pesos por una camioneta Toyota a quien consideraba su amigo. Curruqueo tenía 46 años y estaba en pareja con Andrea Leal. Luis Omar Jiménez tiene 38 años y además de ser peón rural y criancero, se dedicaba a la organización de actividades relacionadas con las jineteadas y destrezas gauchas.

Las dos parejas solían encontrarse a compartir diferentes momentos y, por eso, no sospechó que podía recibir alguna agresión de Jimenez, según informó el sitio ANRoca.

carlos

Según contó el abogado de la familia, Curruqueo para este 2022 tenía diferentes proyectos. El año pasado había terminado una última materia del secundario, y la carrera de gestor del automotor. Se preparaba para continuar la carrera de martillero público porque tenia un sueño: su propia inmobiliaria.

Pero además, se auto percibía como mapuche y, aunque no participaba de las organizaciones que reivindican los derechos de este pueblo originario, había aprendido la lengua, “mapudngun”. Tenía muchos vínculos con agrupaciones de la zona de Lago Puelo, El Bolsón y Bariloche. Y precisamente de Bariloche le habían propuesto convertirse en “machi”, una suerte de referente espiritual y receptor de la sabiduría tradicional de su pueblo, especialmente en lo referente a la sanación de diferentes dolencias.

Su abogado, y hoy abogado querellante en representación de la familia, Leandro Loyola, recordó que “Carlos todavía no se sentía preparado para ese lugar. Lo estaba preparando una anciana de la zona de Bariloche y según nos contó, ella le iba a decir cuándo era el momento”.

“Podía trabajar con los dolores musculares, aliviar tendinitis, algunos malestares óseos. Era un continuador de las costumbres y las tradiciones de su pueblo”, afirmó Loyola ANRoca. La machi barilochense pensaba retirarse y quería formar a un sucesor. Y en la cosmovisión mapuche, el machi ocupa un lugar muy importante al ser un intermediario entre el plano espiritual y la vida concreta, especialmente en todo lo relacionado a la salud.

Dentro de esta preparación, se incluía algunos retiros en lugares alejados de las ciudades. La idea era que tuviera espacios sin intervenciones externas; además de aprender a reconocer las distintas hierbas y arbustos que se utilizan en las rogativas y en los “machitunes”, ceremonias en las que el machi libera al paciente de los espíritus que lo enferman. “Era una persona muy vital, siempre estaba buscando nuevos desafíos, nuevas metas”, apuntó Loyola.

Las pruebas

Durante la acusación fiscal, se trazó la hipótesis de que el acusado asesinó a Curruqueo amparado en la oscuridad y en su casa. Giménez lo había convocado a Curruqueo para pagarle la deuda que mantenía con él por la compra de una camioneta Toyota que hacía tiempo había adquirido. Si no le pagaba, la víctima le había manifestado a su por entonces pareja que se llevaría el vehículo.

El pasado 14 de octubre, Curruqueo se trasladó desde General Roca, en una Kangoo gris, hasta la parcela donde vive Giménez con su familia; y el imputado al recibirlo frente a su domicilio utilizó un arma calibre 22 para matarlo. Ejecutó al menos cuatro disparos. Todos en la cabeza de la víctima. Esa es la base fáctica que sustenta la acusación del fiscal Pezzetta.

La pareja de Curruqueo sabía de la deuda; y el último contacto telefónico que tuvo con él fue entre las 22 y 23 horas. Incluso ese día la víctima le dijo que lo espere para comer porque iba a pasar por su casa a la vuelta. Como no pasó, fue hasta su domicilio y tampoco lo encontró. Entonces, la mujer radicó más tarde una denuncia por desaparición de persona.

Luego, policías que fueron al lugar pudieron determinar que Curruqueo estuvo justo enfrente de su casa. Registros fílmicos, 226 horas de cámara, arrojaron como resultado que de ahí nunca se fue. Los teléfonos también fueron analizados y corroboran la concurrencia de la víctima a la chacra del imputado; y que ambos se encontraban en el lugar cuando fue el hecho.

"Giménez estuvo enfrente de Carlos al amparo de la oscuridad; y no salió de ahí", expresó el fiscal.

Hay varias evidencias con la convicción suficiente para señalarlo como presunto autor en esta etapa del proceso.

Policías que allanaron el domicilio del acusado encontraron un rifle calibre 22; y los proyectiles que fueron hallados en la cabeza de la víctima también.

Por algunas escuchas telefónicas, también se pudo establecer que al momento del hecho el imputado tenía un arma de igual calibre en su casa. Se infiere de una charla que mantiene la esposa del acusado con un amigo. Este amigo luego lo ratificó con una testimonial.

Además, a chacra donde fue hallada la Kangoo gris y el cuerpo de Curruqueo, está a menos de 1000 metros de la casa del imputado.

Tiene dos accesos. Uno resguardado con portones que están cerrados. Por allí hay que pedir las llaves para entrar. El otro acceso es ilegal. Hay que invadir la propiedad privada y cortar alambre. El hombre que está en lugar indicó que el vecino que lo puede hacer es Giménez. De hecho, comentó que en una oportunidad sus animales ingresaron a comer frutales. Por esta situación, hubo un conflicto.

Luego, se pudo determinar que existía un alambre cortado en seis metros, antes de que aparezca el cuerpo. El trabajo de Criminalística pudo establecer también que desde la casa de Giménez hasta el cerco cortado había 500 metros, y de ahí al lugar del hallazgo del cuerpo 200 metros.

El fiscal sostuvo que ese fue el camino que utilizó el presunto autor para hacer desaparecer la Kangoo y el cuerpo. Incluso señaló que permite la circulación de una máquina.

De acuerdo a la acusación fiscal, el acusado se valió del tractor que tenía su patrón. Está a su disposición, todo el día. "Tiene las llaves del galpón, porque es uno de los cuidadores, y sabe utilizar la máquina. Y esa máquina tiene una pala con las medidas aproximadas del pozo donde se encontraba enterrado el vehículo en la chacra de Zoppi", expresó Pezzetta.

Finalmente, la lona recubría el cuerpo de Curruqueo, dentro del baúl de la Kangoo, reunía las mismas características que otras secuestradas durante los allanamientos al domicilio del acusado. "Mismo color, misma textura y dibujo", enfatizó el fiscal.

Las escuchas telefónicas arrojaron otro dato más que lo complica, y es que se infiere que Giménez conocía cómo era el lugar donde habían encontrado el cuerpo de la víctima, sin haber ido.

Otras pruebas revelaron que a Curruqueo lo mataron el día que desapareció, y por la posición de su cuerpo en el baúl, tuvo que haber sido trasladado de inmediato.

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