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EL DIARIO digital
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Desde su llegada a Buenos Aires, la presencia de Dua Lipa se convirtió en un verdadero fenómeno social. Su paso por Las Flores, un restaurante de moda en Palermo famoso por su invernadero con 600 plantas nativas, desató una conmoción sin precedentes, incluso para un local acostumbrado a recibir celebridades internacionales.
Un almuerzo que se convirtió en secreto de Estado
La visita del jueves se gestó bajo estricto secreto. La reserva figuró bajo el nombre de "Olivia Moss" (un alias ligado a la cantante) y solo la encargada del salón y su equipo sabían del potencial huésped. Se preparó la "mejor mesa" del jardín, resguardada por arbustos altos.
Poco antes de las 14, la cantante llegó junto a su padre, luego de que su madre y su hermana, Rina Lipa, hicieran lo propio. Pese al operativo de seguridad discreto, la artista no pidió exclusividad y compartió el salón con otros clientes.
El menú, el español y la cortesía

El momento de la orden fue la primera sorpresa. Aunque la camarera se dirigió a ella en inglés, Dua Lipa pidió hablar en español: "Estoy practicando", explicó con un acento que fue descrito como local.
El menú fue meticulosamente elegido, con interés en opciones sin gluten:
Entradas: Espárragos de la casa con arvejas, albóndigas de osobuco y pan sin gluten recién horneado (pidió otra porción inmediatamente). También alcauciles de estación.
Bebida: Solo agua y limonada (repitió dos veces).
Plato Principal: La cantante y su hermana eligieron la pesca del día a la parrilla con salsa de palta. Su padre optó por milanesas.
Postre: Pidió pastelería, y su hermana comentó sobre el hojaldre sin gluten: "No puedo creer que esto sea sin gluten".
La Locura Post-Almuerzo
La calma se rompió cuando una fan, tras pedirle una recomendación de librerías a la encargada (El Ateneo fue la sugerencia), se acercó a la seguridad y logró la foto inevitable. A pesar de que el staff le pidió no publicarla hasta que se fuera, la imagen se viralizó en minutos.
Rápidamente, cerca de cien fans con ramos de flores y regalos coparon la puerta de Las Flores, transformando el lugar en un epicentro de conmoción.
Lejos de la distancia, Dua Lipa mostró un gesto de notable amabilidad. Al salir, organizó las fotos y permaneció unos cinco a diez minutos posando para grupos grandes de seguidores, algo "fuera de serie" para el personal del restaurante, acostumbrado a otras celebridades.
La cantante saludó a la encargada, envió felicitaciones al chef ("Comí muy bien"), y se subió tranquila al auto, perdiéndose entre vítores y flashes.
La artista se prepara para encender el Estadio Monumental con dos conciertos (viernes y sábado) de su gira Radical Optimism Tour, consolidando el afecto "palpable e incontenible" que siente por el país desde su primera visita en 2017.