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EL DIARIO digital
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"Hoy se cierra un ciclo, hoy vale todo", comentaba emocionado uno de los fanáticos en la previa de lo que fue la despedida de Ratones Paranoicos en Vélez. "Yo estoy con mi hija, vengo a mostrarle lo que es la música", le respondía otro. A cuatro décadas de su formación, el grupo integrado por Juanse (Juan Sebastián Gutiérrez), Pablo Memi, Roy (Rubén Quiroga) y Sarcófago (Pablo Cano) se reunió este sábado para una "última ceremonia", donde dieron el presente tanto asistentes de la vieja guardia como las nuevas generaciones. A pesar de tratarse del adiós, en el estadio se vivió una verdadera fiesta, con pogos, cantos y banderas que acompañaron sin descanso a una de las bandas más icónicas del rock nacional.
El evento se había hecho esperar desde octubre del año pasado, cuando la formación completa irrumpió en un show que Juanse había brindado en el Luna Park por los cuarenta años de Ratones Paranoicos. De esa manera, en el marco del tour "Última Ceremonia", originalmente nombrado "Adiós Para Siempre Tour 2024", los músicos ya recorrieron los escenarios del Festival BumBum (Córdoba), la Fiesta de la Confluencia (Neuquén) y el Festival Cosquín Rock Uruguay. En tanto, los próximos destinos serán Mendoza y Rosario.
Si bien todavía quedan dos shows en la gira, la cita más esperada era la del estadio en el barrio porteño de Liniers, cerca de Devoto, donde la banda nació. Con los españoles Atraco y los británicos Lion Machine 23 (el conjunto liderado por Daland Gutiérrez, el hijo de Juanse) como teloneros, el evento estaba pactado para las 21, aunque los protagonistas de la noche llegaron pasadas las 22. Sin embargo, la demora no disminuyó el espíritu de los más de 40 mil fanáticos presentes, quienes incluso antes de que entrase el grupo ya realizaban pogos y cantaban: "Los Ratones son un sentimiento. No se explica, se lleva bien adentro. Y por eso te sigo a donde sea. Paranoico hasta que me muera. Vamos los Ratones".
Con esa energía tan vigorosa en la previa, no fue sorpresa que la intensidad aumentase aún más cuando se apagaron las luces y el presentador Bobby Flores, quien se olvidó de lo que tenía planeado decir debido a la emoción, anunció el inicio de "una noche especial para todos". Ese fue el pie para que aparecieran en escena Juanse, Pablo, Roy y Sarcófago, lo que provocó aún más gritos y agitación por parte del público, compuesto por amigos que rememoraban su juventud, padres que iban con sus hijos para "mostrarles lo que es música" e incluso adolescentes que eran escoltados por sus familiares para no estar solos en la multitud.
El inicio de la última noche y la participación de un invitado especial
A través de treinta canciones que repasaron su carrera, los Ratones se lucieron en un escenario con una pasarela, acompañados por cinco pantallas (una para cada miembro y otra con el logo de la banda) y un juego de luces que iba variando de color en cada pista. Desde el primer tema de la noche, "Isabel", la audiencia se encendió y aparecieron las banderas con nombres de distintas ciudades, tanto de Buenos Aires como de diversos puntos del país, las cuales flamearon sin cesar durante las dos horas y media que duró el concierto.
Al turno de "Rainbow" la iluminación era multicolor y en las pantallas se apreciaban arcoíris, en referencia al nombre de la canción. "Buenas noches a todos. Viva el rock and roll, porque está más vivo que nunca", afirmó Juanse al finalizar esa pista, lo cual le valió una ovación y vitoreos. Le siguieron "Enlace", para la cual las pantallas simulaban cristales que se rompían, "La calavera" y "El vampiro", todas con luces rojas que contrastaban con la intensidad de la audiencia.
Cuando comenzó a sonar "Vicio", la iluminación pasó a ser amarilla y el público se emocionó todavía más al escuchar los primeros acordes. Los pogos y el flameo de las banderas no se hicieron esperar, haciendo honor a la letra del tema: "Pero cuando alguien viene/Difícil no seguir/Es un vicio/Vicio el rock and roll". Para "El centauro", "Sucia estrella" y "Carol", las luces principales se apagaron para dar lugar a reflectores violetas y azules, haciendo la atmósfera más íntima.
La décima canción del concierto, "Una noche no hace mal", incluyó un invitado especial: Facundo Soto, líder de los Guasones. "Momentos que creo que son muy copados. Él es más joven que yo y es el único que está en condiciones de subir, claramente. Le quiero dar una gran bienvenida a un amigo de la banda. Nosotros lo admiramos y aparte es una gran persona", fue la introducción que realizó Juanse del músico, quien fue recibido por los gritos y aplausos de los fanáticos.
Asimismo, el líder de la banda aprovechó el momento para homenajear a Alfredo Cahe, el médico histórico de Diego Maradona que falleció este viernes. "Quiero pedir un aplauso para el doctor Alfredo Cahe que se nos fue ayer. Nos ayudó mucho. Yo no estaría acá, estaría en otro lado de no ser por él", expresó el cantante
Después de la participación de Soto y el recuerdo del profesional de la salud, el show continuó con "Rock del pedazo", donde alentó a los presentes a entonar el estribillo. "¿Están bien, se sienten bien? Entonces no hicieron nada antes. ¿Vieron la pista que está acá? Bueno, ahora se viene una avioneta con seis kilos. Algunos se sorprenden, otros no", bromeó Juanse antes de dar pie a "Un vodka doble", que fue seguida por "No llores", "La nave", "Damas negras", "Magia negra" (estas últimas tres contaron con la presencia de una corista, descrita por el cantante como "terrible bombonazo") y "Simpatía".
Los agradecimientos a los fanáticos: "Son lo más hermoso que te puede pasar"
En la mitad del espectáculo, el líder del grupo volvió a emocionarse y dedicó unas palabras a sus fanáticos. "Es lo más hermoso que te puede pasar en la vida, verlos a todos juntos uno al lado del otro. Gracias, muchas gracias por todo, que Dios los bendiga a todos", expresó. Después, tuvo un leve cambio de vestuario (se sacó una chaqueta para ponerse un chaleco) y continuó el evento con "Líder algo especial", "Caballos de noche", "Destruida roll" y "Cowboy".
Como no podía ser de otra manera, uno de los momentos de mayor apogeo fue cuando comenzó a sonar "Rock del gato". Fue tal la efervescencia de los fanáticos que los primeros versos los entonaron ellos mientras la banda acompañaba de manera instrumental, para que luego los Ratones comenzaran a cantar. Incluso en una parte Juanse se arrodilló y tocó la guitarra desde esa posición, alimentando el entusiasmo del público. En tanto, de fondo la pantalla mostraba la silueta de una mujer bailando en un caño.
Para "Sigue girando", en la pantalla se veía la cabeza del logo del álbum "Girando", la cual estaba rodando, tal como el nombre de la canción indica. Además, se apreciaba el nombre de la banda en forma de cinta, imitando el arte de la portada de dicho disco. Fiel a la letra de la pista, el público "siguió girando con el rock and roll", a la par que cantó el estribillo a los gritos.
Cuando sonó "Para siempre", la sensación de despedida caló hondo tanto en los músicos como en los fanáticos. Bastaba con ver la cara de la gente y la banda para notar que realmente sentían los versos "Quisiera que esto dure para siempre/Casi tanto como una eternidad", en una ilusión por no despedirse de los Ratones, quienes agradecieron "por todos estos años de gloria". "Viva la Argentina, viva el rock and roll", exclamó el cantante.
En tanto, el final de la pista fue prolongado intencionalmente, dándole tiempo a Juanse para robarse todas las miradas. Es que, mientras sus compañeros tocaban, él recorrió la pasarela y se sacó la remera cuando llegó al final de la misma, quedando con el torso desnudo. Acto seguido, se acercó a los extremos de la pista y bailó de cara al público, para luego volver al escenario principal y trepar una de las columnas de metal, al igual que hizo en shows durante su juventud. Por otra parte, al finalizar la canción, los asistentes entonaron la versión de la letra en honor a Maradona: "Quisiera ver al Diego para siempre/Gambeteando por toda la eternidad".
Un viaje a los orígenes de los Ratones Paranoicos
Parecía que el concierto había finalizado, ya que la banda había abandonado la escena y las luces se apagaron. Sin embargo, la oscuridad dio paso a un video donde se hizo un breve repaso de la trayectoria de los Ratones. Entre las imágenes había fotos de los integrantes en su juventud y algunas filmaciones de los míticos eventos en Cemento y el Estadio Obras, entre otros momentos de estos cuarenta años desde su formación en aquel octubre de 1983.
Cuando finalizó la pieza, el grupo volvió a aparecer y, continuando con la nostalgia, el mítico logo cambió por el del primer álbum, en un guiño a que las canciones de esa tanda serían, en su mayoría, de los discos iniciales del conjunto. Asimismo, para mantener esa esencia de décadas pasadas, las pantallas simulaban patrones psicodélicos. Esa fue la antesala a "Ceremonia en el hall", "Juana de Arco" (donde la iluminación fue azul, recordando al "lugar azul donde mujeres bailan blues"), "Colocado voy", "Ya morí" y "Sucio gas".
La última canción de la noche fue "La banda de rock and roll", quizá la más adecuada para cerrar el show de despedida, ya que podría ser considerada la que mejor resumía los sentimientos de ese encuentro, además de "Para siempre". Es que su letra dice: "Ya no puedo dejar de tocar rock and roll (...) Ya no puedo dejar mi banda de rock and roll (...) Imposible dejar de tocar rock and roll". Difícil no reflexionar sobre esos versos en el marco de la "última ceremonia", sobre todo porque será imposible dejar de escuchar a los Ratones, a pesar del adiós del grupo.
"Chau hasta siempre. Gracias por la lealtad de todas estas décadas. Muchas gracias a todos. Disfruten, todos bendecidos. Viva el rock and roll y gracias man", expresó Juanse emocionado al cierre de la velada. Antes de abandonar el escenario de manera definitiva, agarró un vaso de whisky y se acercó al final de la pasarela junto a Pablo, Roy y Sarco, estando así más próximos al público. En una especie de brindis con la audiencia, los integrantes fueron envueltos en columnas de humo y una lluvia de papeles mientras saludaban a los presentes, marcando así el término del espectáculo, pero no de los Ratones, cuya impronta seguramente durará "casi tanto como una eternidad".