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1000 millones de dólares por las canciones de Queen

Sony bate un récord con la compra de todo el catálogo de la mítica banda. Pero ya lleva un tiempo haciéndolo con distintos artistas. Cree que hay más negocio en la música del pasado que en la del futuro.

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EL DIARIO digital

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Sony se está convirtiendo, a golpe de talonario (cómo si no), en la principal compradora de catálogos musicales de artistas legendarios del pop, a menudo ya fallecidos o de bandas que no están en activo. El último golpe es de récord: 1.200 millones de dólares por el catálogo de Queen, lo que incluye los masters de los discos, ingresos por streaming y hasta beneficios que pueda dar la explotación de la banda sonora de la película de 2018 'Bohemian Rhapsody'.

1.200 millones. La información no ha sido confirmada oficialmente, pero la ha difundido la web Music Business Worldwide, contando que Sony está en tratos con los miembros de Queen y los herederos de Fredie Mercury. La cifra específica de la venta proviene de informaciones provistas por varios medios el pasado mes de febrero, que informaron que esa era la cantidad que estaba pidiendo el grupo. Sería la mayor cantidad jamás pagada a un artista por su catálogo, un récord que la propia Sony ha batido varias veces en el pasado.

Todo en venta. Estamos viviendo desde hace un par de años la venta de los derechos de los catálogos, la consiguiente escalada de pujas y cifras y, en definitiva, la aparición de canciones en todo tipo de usos comerciales. En algunos casos, artistas inesperados por su firmeza en el pasado a proteger el uso de sus canciones como Twisted Sister (que han vetado en ocasiones la aparición de sus canciones en spots con los que no estaban políticamente de acuerdo), Neil Young (que se había ido de Spotify por una cuestión de principios) y Bob Dylan (que en los sesenta dijo que su música no se vendería para anuncios, aunque con el paso de los años traicionó en diversas ocasiones su palabra). No es la única aplicación posible de estos derechos: ahí está la proliferación de biopics musicales en cines y teatros desde hace unos años.

Las compras de Sony. Como hemos comentado, Queen es solo la última de una larga lista de compras de la compañía que abarca algunos de los artistas más importantes de las últimas décadas. Estos son algunos de ellos:

El poder de las películas. Sony compra el catálogo de Queen en el momento justo: hace apenas ocho años, en 2016, los beneficios que daba éste era de 12'34 millones de libras esterlinas al año. Y entonces llegó el estreno de 'Bohemian Rhapsody' en 2018: para el año siguiente, con toda la explotación de la película en cine y televisión, los ingresos que proporcionaba el catálogo ascendieron a 77'77 millones de libras. Desde entonces, la cantidad ha bajado, pero sin fluctuaciones: se ha revalorizado con respecto a 2016, manteniéndose en torno a los 40 millones de dólares.

Gusta lo clásico. Es significativo ver quién tiene valor para Sony: artistas que o bien han fallecido (Michael Jackson), o bien son viejas glorias que apenas sacan material nuevo aunque siguen girando (Dylan, Springteen, un par de miembros de Queen). La única excepción es la de Kevin Parker, que sigue activo. Si miramos la lista de los catálogos más cotizados veremos que están en categorías comparables:

-KISS: 300 millones de dólares, solo gira

-Enrique Iglesias: Cantidad no revelada de nueve cifras, solo gira

-Cyndi Lauper: Cantidad no revelada, apenas graba, solo gira

-Rod Stewart: 100 millones de dólares, solo gira

-Cher: Cantidad no revelada, solo gira

-Dr. Dre: 200 millones de dólares, no graba ni gira, se dedica a la producción

-Phil Collins, Genesis: 300 millones de dólares, retirado

-Sting: 300 millones de dólares, solo gira

-David Bowie: 250 millones de dólares, fallecido

El poder del pasado. A nadie se le escapa que la nostalgia es un potente motor financiero y cultural para la música pop, tal y como han demostrado ensayos fundamentales como 'Retromanía'. Desde la pasada década, el proceso se ha acelerado: los artistas clásicos se mitifican, mientras que los modernos viven carreras cada vez más efímeras: la aparición del streaming y las redes sociales o la caída de formatos como el LP hace que ya solo queden unas pocas "auténticas estrellas" a la vieja usanza, como Taylor Swift. El pasado manda, y Sony, en este caso, ha sido muy consciente de ello a la hora de invertir.

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