Leeción judicial

Una maestra en un jardín de infantes de Realicó creyó tener la receta perfecta para la disciplina: gritos, amenazas, empujones y, lo peor de todo, privación total del recreo. Un método tan innovador que el juez piquense Maximiliano Boga Doyhenard decidió darle un "premio".

El reconocimiento fue una multa de más de un millón cuatrocientos mil pesos por malos tratos. Resulta que eso de "tomar del brazo fuertemente" a niños de cinco años y jurarles que no salen al patio no es pedagogía, es un delito.

Lección aprendida: la única tarea que no se puede evitar es la judicial. Ahora, el Ministerio de Educación la espera con un sumario administrativo listo.